La página, una especie de red social, es desde hace años un espacio de libertad para grupos nacionalistas de derecha
Agencias
Estados Unidos.
La masacre de Christchurch en Nueva Zelanda, el ataque a una sinagoga en Poway, California, y el tiroteo este n de semana en El Paso, Texas, tienen más en común que su estela de muerte y horror. Los tres tenían entre sus objetivos minorías étnicas (musulmanes, judíos y latinos respectivamente).
En el caso de las dos primeras tragedias, los ahora acusados de asesinato — Brenton Tarrant y John T. Earnest— compartieron sendos textos en los que resumían varias de las teorías más comunes del supremacismo blanco.
«Un caso de terrorismo doméstico»: cómo fue el tiroteo masivo en una tienda Walmart en El Paso que dejó al menos 20 muertos Qué dice el «maniesto» contra «invasores hispanos» que atribuyen al sospechoso de la masacre de El Paso La página, una especie de red social, es desde hace años un espacio de libertad para grupos nacionalistas de derecha, dada la escasa moderación y censura de los «tableros» de información que la conforman.
Pero el hecho de que el sitio haya devenido aparentemente también una plataforma para al menos tres de los tiroteos masivos ocurridos en los últimos seis meses ha puesto también el foco sobre la forma en que funciona este tipo de red social. De hecho, Cloudfare, la compañía con sede en San Francisco que le ofrece la infraestructura de internet a 8chan, anunció que a partir de la medianoche del domingo le cortaría la conexión que permite al sitio estar en línea. «La razón es simple: ellos han mostrado no tener (respeto por) ley y la falta de orden ha llevado a múltiples muertes», informó la empresa de comunicación californiana en un comunicado.
La plataforma funciona por «tablas» de contenidos en la que los usuarios escriben de forma anónima. El sitio ha sido cuestionado en múltiples ocasiones por hospedar contenido de las más disparatas teorías de la conspiración, a grupos que promueven la «identidad blanca» o mensajes contra las minorías étnicas. Y aunque tras los atentados en Christchurch y California varias voces se alzaron contra el sitio, no fue hasta el tiroteo en El Paso cuando las críticas parecen haber llegado más lejos.
La gota que desbordó la copa Al menos 20 personas murieron y otras 26 resultaron heridas en el tiroteo en una tienda de Texas, y los medios de Estados Unidos le atribuyen al presunto autor, un joven blanco de 21 años, haber publicado poco antes un «maniesto» contra la «invasión hispana» en la red social. De hecho, durante el sábado varios usuarios de 8chan estuvieron comentando sobre la «efectividad» de la tragedia o burlándose sobre el número de muertos o su origen étnico, según reportaron varios medios de Estados Unidos.
Según el documento que se difundió antes, el ataque fue una respuesta a la «invasión hispana de Texas.
8Chan no se ha pronunciado de momento sobre los ataques o los señalamientos que le han hecho diferentes medios de Estados Unidos. Pero para el domingo ya había eliminado el texto del espacio superior de la página de inicio que decía «Bienvenido a 8chan, la extensión más oscura de internet». Una red social poco conocida Creada en 2013 por Fredrick Brennan —un programador informático que defendía la eugenesia y que después dejaría la plataforma— 8chan es un sitio web en el que sus usuarios pueden crear y moderar sus «tableros» sobre temas que van desde el anime hasta la política o los videojuegos.
Casi todos participan de forma anónima y la única regla es no publicar contenido que sea considerado ilegal en Estados Unidos, como pornografía infantil. Pero según expertos en «grupos de odio», la plataforma se convirtió casi desde su creación en un espacio de encuentro virtual para los nacionalistas blancos y ha devenido un terreno de reunión para discursos de intolerancia.
Supremacistas blancos portan símbolos del Ku Kux Klan. Al fondo, un cartel dice que los judíos son hijos de Satanás.
Según contó Brennan el domingo al diario estadounidense The New York Times, la creó como una «utopía de discurso libre», pero terminó convirtiéndose en «un megáfono» para los atacantes de los tiroteos. «(La plataforma) no le está haciendo ningún bien al mundo.
Es completamente negativa para todos, excepto para los usuarios que están allí. ¿Y sabes qué? También es negativa para ellos. Simplemente no se dan cuenta», armó. Jim Watkins, un veterano del ejército estadounidense que vive en Filipinas, es el propietario actual del sitio. Y Brennan asegura que le ha insistido en repetidas ocasiones para que lo cierre.
La página también ha enfrentado la oposición incluso de los buscadores de internet. Google, por ejemplo, la eliminó de sus resultados de búsqueda por violar sus políticas, aunque para los que lo conocen el sitio no es difícil de encontrar. También tiene una cuenta vericada Twitter. Varios gobiernos y proveedores de servicios de internet la han bloqueado en fechas recientes, como pasó de forma temporal en Nueva Zelanda y Australia después de la masacre de Christchurch.