Jesús Mendoza, “El Gallo Viejo”, enloquece 

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Con billete de 100 dólares trató de humillar a periodistas 

 

 

Dora María Morales 

 
El gremio sindical denominado Sindicato Industrial de Trabajadores en Plantas Maquiladoras y Ensambladoras de Matamoros, SITPME, ha caído en la total verguenza, debido a la manera de conducirse del liderzuelo charro Jesús Mendoza Reyes, “El Gallo Viejo” (porque solo se le sube a las gallinas para que lo paseen), que en todo momento ha demostrado tener un gran desprecio por los representantes de los diferentes medios de comunicación, a pesar de que hipócritamente los llama “mis amigos”. 
 
Son 20 millones de pesos que mensualmente Jesús Mendoza Reyes, recaba de las cuotas de los obreros afiliados a su sindicato, de ese dinero no le da cuenta a nadie, al grado es la fortuna de este liderzuelo charro, que el dinero lo ha vuelto loco y lo pisotea como esquizofrénico. 
 
Lo anterior quedó de manifiesto durante un desayuno –jueves 5 de septiembre- al que fueron convocados los periodistas y reporteros de la localidad, al salón de actos del SIPTME. 
En donde después de dar una reseña de lo que su sindicato ha logrado en lo que va del año muchos beneficios para sus representados, y anunciar los festejos que están haciendo por el aniversario del mencionado gremio cetemista. 
 
Jesús Mendoza Reyes de una manera sutil los invitó a un kareoke que iba a premiar con dinero en efectivo, pero que enloquece, de pronto se paró de su silla, tomo en su mano derecha un billete de cien dólares, lo arrojó al piso donde lo pisoteó, después lo volvió a levantar y dijo: “quien lo quiere, quien lo quiere”, gritaba por el micrófono el liderzuelo. 
 
Los periodistas que estaban allí, se quedaron atónitos, nadie levanto la mano, pero no falto uno de ellos que si lo hizo y este liderzuelo charro exclamo: “este si es un verdadero periodista y le entregó el de cien dólares”.  
El agravio no quedó ahí, el dirigente del SITPME a lo mejor quiso lucirse, a sabiendas que al sacar un billete de 100 dólares, el cual aquí es el doble de lo que vale en el vecino país, llamaría la atención de los periodistas, y tal vez serían varios los que se animarían a participar en algún concurso para ganárselo, pero a tal grado llegó su estupidez, que lo tiró al suelo, lo pisoteó y después como niño chiflado lo ofreció para quien fuera el primero que levantaría la mano se lo llevaría, sería un ganador. 
No entendemos esta actitud agresiva, altanera, humillante con la que se comportó este líder charro que dice ser un triunfador, lejos está de eso, su comportamiento lo refleja de cuerpo entero, pero no tiene la culpa el indio, sino quien lo hace compadre.