Por: Jorge A. Pérez González
EL HUNDIMIENTO DE AMLO
Nadie se atrevería a darse un balazo en el pie, el Presidente de México sí.
La debacle de la imagen presidencial comenzó en Sinaloa, se reconoció abiertamente los acuerdos con el lado oscuro de la sociedad, algo que aunque ya se hacía antes, nadie había tenido el atrevimiento de reconocerlo así.
Vamos ni en los Estados Unidos se atreven a pesar de que allá el uso de “soplones” es algo completamente institucionalizado y justificado siempre por la famosa frase “El fin justifica los medios”, frase falsamente atribuida a Nicolás Maquiavelo, pero que en realidad fue escrita por Napoleón Bonaparte.
La confusión tal vez se debió a que esa famosa frase estaba escrita de puño y letra por Napoleón, en la última hoja del ejemplar de “El Príncipe” de Maquiavelo, que apareció entre los libros propiedad del famoso general francés.
La liberación del hijo de “El Chapo” Guzmán, con el noble fin de salvar vidas, según las versiones del Presidente de la República, desencadenaron las más fuertes críticas al nuevo gobierno, que terminaron por frenar para siempre el crecimiento en la imagen de un gobierno que vende mal sus aciertos.
A partir de ahí, nunca se ha recuperado la confianza en la figura presidencial, pues el daño fue terrible y los atenuantes utilizados no lograron llegar a la conciencia de la población en general.
La sociedad se ha puesto cada vez más exigente para visualizar los cambios prometidos, mismos que no llegan y se persiste en la solicitud de paciencia, la cual cada día se agota más y más.
Algo así pasa en la frontera con los Estados Unidos, la promesa de la Zona Libre o Zona Franca en nuestro país no llega a consumarse, las aduanas siguen ahí y no se ve para cuando las reubiquen a 30 kilómetros de la línea fronteriza. Esto que podría interpretarse como peccata minuta no lo es, pues la promesa que liberaría el comercio fronterizo fue sin duda el factor preponderante para el triunfo de Andrés Manuel.
Esta semana, según el Tracking que hace Consulta Mitofsky, la ubicación de la imagen del Presidente se ubicó en el 56.1%, la más baja desde su llegada a Palacio Nacional.
Si consideramos que su aceptación al inicio del mandato estaba en el 76 %, esta caída atribuida al tema del INSABI, las medicinas y las pensiones del IMSS, será muy difícil de recuperar, pues los tres temas tienen reticencia popular.
Es difícil saber que van a hacer en el gobierno federal para recobrar la confianza, pues no se ve en el panorama a corto plazo, una medida popular que haga que cuando menos se evite la caída a números por abajo del 50% en popularidad.
La prueba más contundente es la desesperación de la medida de la rifa del avión, que según sus propias palabras no se rifará, pero si se va a publicitar y hasta fecha tiene ya para celebrar el sorteo, 15 de septiembre del 2020.
Siempre si serán cachitos de 500 pesos, pero con 5 series por lo que los afortunados ganadores, se llevarán cada uno poco más de 1 millón de dólares, libres de impuestos y serán 100.
Para poder entenderlo, será un sorteo tradicional de la Lotería Nacional para la Asistencia Pública, de un solo estímulo de 2 mil millones de pesos, dividido en 100 cachitos de 20 millones de premio cada uno.
El famoso avión presidencial solo se verá en la foto del cachito, algo totalmente incomprensible pero que pondrá fin, en septiembre, al menos eso esperamos, a una estrategia fallida al utilizarlo como estandarte.
En la memoria colectiva quedará grabada en la mente de los mexicanos, que ese avión costó en tiempos de Calderón, la friolera de 218 millones de dólares, que solo lo utilizó Peña Nieto pero que lo devaluó a 130 millones de dólares y que López Obrador lo malbarató.
Siempre se ha dicho que la Lotería es el impuesto de los tontos, en este caso, ojalá que los que compren los cachitos sean quienes no pagan al fisco, pues de otra manera la ciudadanía estará pagando al doble los errores de los gobiernos.
La ocurrencia de la rifa del avión sin duda le costará caro en imagen al Gobierno Federal, tal vez sin proponérnoslo estamos siendo testigos de EL HUNDIMIENTO DE AMLO.
Jorge Alberto Pérez González