Agencias
La pandemia de la COVID-19 es uno de los mayores desafíos que ha enfrentado la medicina moderna. Los médicos y los científicos luchan por encontrar tratamientos y medicamentos que puedan salvar la vida de las personas infectadas y, tal vez, incluso prevenir la infección.
A continuación se muestra una lista actualizada de 19 de los tratamientos más comentados para el coronavirus. Si bien algunos han acumulado evidencia de que son efectivos, la mayoría todavía se encuentra en las primeras etapas de la investigación. También incluimos una advertencia sobre algunos que son patrañas.
Todavía no hay cura para la COVID-19. E incluso los tratamientos más prometedores hasta la fecha solo ayudan a ciertos grupos de pacientes y esperan la validación de ensayos adicionales. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por su sigla en inglés) no ha autorizado por completo ningún tratamiento específico para el coronavirus, pero ha otorgado autorización de uso de emergencia a unos pocos.
Esta lista proporciona una instantánea de las últimas investigaciones sobre el coronavirus, pero no constituye un aval médico. Siempre consulta a tu médico acerca de los tratamientos para la COVID-19.
Actualizaremos y ampliaremos la lista a medida que surjan nuevas pruebas. Para obtener detalles sobre la evaluación de tratamientos, consulte las Pautas del tratamiento para la COVID-19 de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus sigla en inglés). Para conocer el estado actual de desarrollo de la vacuna, consulta nuestro rastreador de vacunas para el coronavirus en inglés.
Qué significa la clasificación
AMPLIAMENTE UTILIZADO: Estos tratamientos han sido ampliamente utilizados por médicos y enfermeras para tratar a pacientes hospitalizados por enfermedades que afectan el sistema respiratorio, incluida la COVID-19.
EVIDENCIA PROMETEDORA: La evidencia preliminar de los estudios en pacientes sugiere efectividad, pero se necesita más investigación. Esta categoría incluye tratamientos que han mostrado mejoras en la morbilidad, mortalidad y recuperación en al menos un ensayo aleatorio controlado, en el que algunas personas reciben un tratamiento y otras reciben un placebo.
EVIDENCIA TENTATIVA O CONTRADICTORIA: Algunos tratamientos muestran resultados prometedores en células o animales, que deben ser confirmados en las personas. Otros han arrojado resultados alentadores en estudios retrospectivos en humanos, que analizan los conjuntos de datos existentes en lugar de comenzar un nuevo ensayo. Algunos tratamientos han producido resultados diversos en diferentes experimentos, lo que plantea la necesidad de estudios más grandes y más rigurosos para aclarar la confusión.
NO PROMETEN: Estos tratamientos muestran evidencias contradictorias que sugieren que no funcionan.
FRAUDE O PSEUDOCIENCIA: Estos no son tratamientos que los investigadores hayan considerado utilizar para la COVID-19. Los expertos han advertido que no conviene probarlos, porque no ayudan contra la enfermedad y, en cambio, pueden ser peligrosos. Algunas personas incluso han sido arrestadas por sus falsas promesas de una cura para la COVID-19.
Bloqueo del virus
Los antivirales pueden evitar que virus como el VIH y la hepatitis C secuestren nuestras células. Los científicos están en la búsqueda de antivirales que funcionen contra el nuevo coronavirus.
EVIDENCIA PROMETEDORA SE AUTORIZA PARA USO DE EMERGENCIA
Remdesivir
Remdesivir, fabricado por Gilead Sciences, fue el primer medicamento en obtener autorización de emergencia de la FDA para su uso en la COVID-19. Impide la replicación de los virus al insertarse en nuevos genes virales. El remdesivir se probó originalmente como un antiviral contra el ébola y la hepatitis C, pero solo obtuvo resultados mediocres. Sin embargo, los datos preliminares de los ensayos que comenzaron esta primavera sugirieron que el medicamento puede reducir el tiempo de recuperación de las personas hospitalizadas con la COVID-19 de 15 a 11 días. (El estudio definió la recuperación como “el alta del hospital o la hospitalización solo con fines de control de infecciones”). Estos primeros resultados no mostraron tener ningún efecto sobre la mortalidad, aunque los datos retrospectivos publicados en julio sugieren que el medicamento podría reducir las tasas de mortalidad entre los pacientes que están muy enfermos.
EVIDENCIA TENTATIVA O CONTRADICTORIA
Favipiravir
Originalmente diseñado para combatir la gripe, el favipiravir bloquea la capacidad de un virus para copiar su material genético. Un pequeño estudio en marzo indicó que el medicamento podría ayudar a purgar el coronavirus de las vías respiratorias, pero los resultados de ensayos clínicos más grandes y bien diseñados aún están pendientes.
EVIDENCIA TENTATIVA O CONTRADICTORIA
EIDD-2801
Otro antiviral originalmente diseñado para combatir la gripe, el EIDD-2801 ha tenido resultados prometedores contra el nuevo coronavirus en estudios de células y animales. Todavía se está probando en humanos.
EVIDENCIA TENTATIVA O CONTRADICTORIA
ACE-2 recombinante
Para ingresar a las células, el coronavirus primero debe desbloquearlas, una hazaña que logra al engancharse en una proteína humana llamada ACE-2. Los científicos han creado proteínas artificiales ACE-2 que podrían actuar como señuelos, atrayendo al coronavirus y alejándolo de las células vulnerables. Las proteínas recombinantes ACE-2 han mostrado resultados en experimentos con células, pero aún no en animales o personas.
NO PROMETE
Lopinavir y ritonavir
Hace 20 años, la FDA aprobó esta combinación de medicamentos para tratar el VIH. Recientemente, los investigadores los probaron con el nuevo coronavirus y descubrieron que impedían que el virus se replicara. Pero los ensayos clínicos en pacientes resultaron decepcionantes. A principios de julio, la Organización Mundial de la Salud suspendió los ensayos en pacientes hospitalizados con la COVID-19. Pero no descartaron estudios para ver si los medicamentos podrían ayudar a los pacientes que no están lo suficientemente enfermos como para ser hospitalizados, o para evitar que las personas expuestas al nuevo coronavirus se enfermen. El fármaco también podría desempeñar un papel en ciertos tratamientos combinados.
NO PROMETE
Hidroxicloroquina y cloroquina
Los químicos alemanes sintetizaron la cloroquina en la década de 1930 como un medicamento contra la malaria. Una versión menos tóxica, llamada hidroxicloroquina, se inventó en 1946, y más tarde fue aprobada para otras enfermedades, como el lupus y la artritis reumatoide. Al comienzo de la pandemia de la COVID-19, los investigadores descubrieron que ambas medicinas podrían detener la replicación del coronavirus en las células. Desde entonces, estos fármacos han tenido un viaje tumultuoso. Algunos estudios pequeños en pacientes ofrecieron alguna esperanza de que la hidroxicloroquina pudiera tratar la COVID-19. La Organización Mundial de la Salud lanzó un ensayo clínico aleatorio en marzo para ver si era realmente segura y efectiva para la COVID-19, al igual que Novartis y varias universidades.
Mientras tanto, el presidente Donald Trump promovió repetidamente la hidroxicloroquina en conferencias de prensa, pregonando que era un “punto de inflexión”, e incluso aseguró que la tomó él mismo. La FDA otorgó temporalmente la autorización de emergencia para el uso de hidroxicloroquina en pacientes con la COVID-19, un permiso que un denunciante luego afirmó fue resultado de la presión política. A raíz de la nueva publicidad del medicamento, la demanda se disparó, lo que provocó una escasezque afectó a las personas que dependen de la hidroxicloroquina como tratamiento para otras enfermedades.
Al surgir datos de ensayos clínicos aleatorios, el mensaje fue claro: la hidroxicloroquina no ayudó a mejorar a las personas con la COVID-19 ni evitó que las personas sanas contraigan coronavirus. Otro ensayo clínico aleatorio descubrió que administrar hidroxicloroquina a las personas inmediatamente después del diagnóstico de la COVID-19 no reducía la gravedad de su enfermedad. (Un estudio a gran escala que concluyó que el medicamento también era dañino se retiró después). La Organización Mundial de la Salud, los Institutos Nacionales de Salud y Novartis han suspendido desde entonces los ensayos que investigan la hidroxicloroquina como tratamiento para la COVID-19. La FDA ahora advierte que la droga puede causar una serie de efectos secundarios graves en el corazón y otros órganos cuando se usa para tratar la COVID-19.
En julio, los investigadores del hospital Henry Ford en Detroit publicaron un estudio que encontró que la hidroxicloroquina reduce la mortalidad en pacientes con la COVID-19. El presidente Trump elogió el estudio en Twitter, pero los expertos plantearon dudas al respecto porque no era un ensayo controlado aleatorio. Aún así, la Casa Blanca ha comenzado a presionar a la FDA para que autorice otra vez el uso de la hidroxicloroquina como tratamiento de emergencia para la COVID-19.
A pesar de los resultados negativos, siguen en curso varios estudios sobre la hidroxicloroquina. Un análisis reciente de STAT y Applied XL halló más de 180 ensayos clínicos en curso que ponen a prueba la hidroxicloroquina o la cloroquina para tratar o prevenir la COVID-19. Aunque está claro que estos medicamentos no son la panacea, es posible que funcionen en combinación con otros tratamientos, o cuando se administran en las primeras etapas de la enfermedad.