Agencias
Para Verónica Aimee, el sábado 19 de junio del 2021 será una fecha que nunca olvidará, pues fue en ese día en que, tras una balacera en Reyonsa, Tamaulipas, sus padres, Jerónimo y Alicia, así como su hermano Alfredo, perdieron la vida injustamente a manos de un comando armado que irrumpió la tranquilidad de los habitantes de la colonia Bienestar, en aquella ciudad fronteriza.
La abogada y madre de familia, quien no se salvó de ser golpeada y encajuelada junto a su hermana, narró el horror vivido hace unos días, el cual calificó como un acto de terrorismo contra los reynosenses, pues de acuerdo con su testimonio, los ataques por parte de hombres armados, fueron al azar, luego de que uno de sus familiares chocara contra los criminales que en ese momento huían.
“Yo iba bajando del segundo piso de mi casa y me quedé en el porche porque escuché detonaciones… Bajé y pasé a la cocina donde hablé con uno de mis sobrinos y me dice que chocó… yo lo que hice fue salir corriendo. Yo no vi que estaban armados y cuando se voltean, enseñan las armas largas y me dicen que ya me había cargado la chin…”, narró Verónica sobre la tragedia.
La mujer dijo que recibió golpes en el rostro antes de ser encerrada en la cajuela de un vehículo.
“Les pedí que dejaran en paz a mi hermano y me golpearon la cara, me agarraron del cuello y me metieron a la cajuela de un carro blanco, un Fusion (…) Mi padre me dijo que no pusiera resistencia, que luego ellos iban por mí, pero más adelante detienen el carro y es cuando se escucharon los disparos”.
Los cuerpos de sus dos papás y su hermano quedaron tirados sobre la calle Cortijo de la colonia Bienestar.
A su hermano Alfredo, los hombres armados le dispararon en la frente.
Alan Javier, quien es esposo de Verónica, aseguró que las autoridades tardaron en llegar a la escena, pues los cuerpos de sus familiares estuvieron expuestos en el pavimento por alrededor de cuatro horas y además falló el filtro de seguridad, pues el comando armado entró a la colonia por el tramo de una carretera aparentemente sin ser detectado por la policía.
Verónica pide que se le haga justicia a su familia, a quienes, sin nada que deber, les fue arrebatada su vida.
“NADIE DE MI FAMILIA PERTENECÍA A NINGÚN CÁRTEL DE LA DELINCUENCIA ORGANIZADA”, PUNTUALIZÓ VERÓNICA.
Tras la balacera en Reynosa que ha dejado alrededor de 23 personas muertas, familias guardan luto ante la pérdida de sus seres queridos, quienes además, de acuerdo con Verónica, no han recibido apoyo de las autoridades: “no hay apoyo ni seguridad, ni nada (…) atacaron a gente inocente, desarmada y por la espalda”, aseguró la afligida mujer.