Tamaulipas 2022

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Reseña

“La máxima de que ´no hay fecha que no se cumpla, ni plazo que no se venza, ni deuda que no se pague´; puntual, le llega a Morena con su vieja y nueva guardia –fundadores, primores y paniaguados- con grandes expectativas de triunfo electoral, pero también de rompimiento”

Por Jesús Izaguirre Muñoz

De vista por San Juan del Río, Querétaro, tierra de las palomas y también de uno de los más acres panistas, Diego Fernández de Ceballos, que ha sido uno de los más fecales cortesanos del sistema político actual que aunque con tres años y medio de la 4T, podríamos decir que sigue intacto y a una diatriba de que se implante en Tamaulipas este año que en su primer día de arranque pinta entre azul y rojo guinda.
Desde aquí le he dado seguimiento a la penúltima trama de una historia cortesana, que entre villancicos y villanicos, inicio el 6 de Septiembre con el Tercer Informe de Gobierno del Senador por Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, Américo II, a quien la salva gracia de su genérico padre lo ha llevo a los aposentos políticos, primero del PRI, donde lo devanaron hasta hacerlo un ovillo al margen de los grandes divos del priismo tamaulipeco.
Después del Movimiento de Regeneración Nacional –Morena-,  que aunque dicen que no es partido político camina como pato, se mira como pato y hace cuac como pato, entonces, como su abanderado a nivel nacional lo dijo: “me canso ganso” que si es pato o mejor dicho, partido político al que llego Américo II en el 2017, luego de 34 años de mediocre militancia política en el PRI.
En donde de entrada gano la Senaduría frente a Ismael García Cabeza de Vaca en las elecciones del 1 de Julio del 2018 por un apretado margen de apenas 4,888 votos o un 0.008% que pareciera nada en un universo electoral ganado por Morena a nivel nacional con una diferencia del 30.82% frente al PAN y de 36.79% frente al PRI, pero que a nivel estatal represento un despegue electoral impresionante para Morena, que quizá no lo tuvo en ningún otro Estado.

Numeritos hablan

La votación vertida a favor de un Américo II, por el que en el PRI nadie daba un cacahuate por su figura apagada de gris burócrata del sector salud, represento para Morena un incremento en su votación del 1,796.36% en el 2018 comparada con la votación alcanzada en el 2016 y del 1,528.87% comparada esta con la del 2021.
Es decir de 32,183 votos alcanzados en la votación para Gobernador del 2016, Morena paso a 610,306 en la de Senador del 2018 y a 524,221 en las de este año en donde en la primera,  Américo II fue el factor activo como candidato y en la segunda el factor pasivo como operador, lo que nos lleva a cuestionar que tanto pesa realmente su figura y su quehacer político en la política real para las elecciones del próximo año.
De acuerdo con los números de las elecciones del 2016 para Gobernador, el PAN apabullo a Morena con una gran diferencia del 95.53% o 688,866 votos de holgura, pero que comparada con la votación del 2018 para Senadores con Américo II, la diferencia se reduce a un 15.35% o 110,743 votos, lo que hace una diferencia abismal de 578,120 votos o 1,796.35%  que el candidato le sumo a Morena, cantidad nada despreciable e imposible de lograr con el solo esfuerzo de la estructura política de este partido en Tamaulipas en un tiempo aproximado de año y medio.
 En la campaña del 2018 para Senadores, Américo II fue electo Senador por Morena apenas por el filo de una uña con un 0.008% o 4,888 votos y en las locales del 2021, ya como un partido Primor, Morena le saco una ventaja al PAN tan solo de 5.49% o 27,285 votos de diferencia, muy por debajo de los 86,085 votos que marcan la diferencia entre la votación obtenida por Morena en el 2021 y Américo II en el 2018, lo que representa el 16.42% de la votación total del partido de la 4T.

Mafias y nomenklatura

 La contundencia de estos números no se explicarían sin la marca de Américo Villarreal Guerra, Américo I, en el pasado y de Andrés Manuel López Obrador en el presente, pero además sin un contexto político en el que por ya largos años y en mi memoria esta la década de los 70 y los 80, Tamaulipas ha sido un Estado con una tendencia electoral de centro izquierda y un historial político nacido desde finales de los años 20 en el seno de la corriente socialista.
 Más otros factores que en los 90 vinieron a determinar los destinos políticos de nuestro Estado, como lo fue la estructura de un Narco-Estado y la narco-política, que sumado a un mercado negro fronterizo que por más de un siglo ha existido en nuestra entidad y grandes masas de población flotante de migrantes e inmigrantes, le dieron la posibilidad a la oposición representada por el PAN, con su candidato Francisco Javier García Cabeza de Vaca, de terminar con 80 años de cacicazgo priista que hoy se convirtió al panismo.
Pero igual avala la tesis de unidad proclamada a los cuatro vientos por lo menos por una docena de los 38 participantes que aspiraron a la candidatura de Morena para la gubernatura, que en términos de la teoría marxista-leninista es la unidad y lucha de contrarios, la que forzosamente y de manera consecuente se tiene que afrontar en la primera etapa del cambio social o la transformación del régimen político aún y en los casos más extremos como los que está viviendo nuestro país y en particular nuestro Estado.

Tamaulipas, la marca de la casa

Si lo vemos en términos de la funcionalidad política en nuestro Estado y tal y como me lo comentaría un político de la 4T, en términos de que quien que no sea fuereño en Tamaulipas, que ya hecho raíces en nuestra entidad, no tiene algún vínculo de consanguineidad o amistad con alguien del crimen organizado que se ha enraizado en dos grandes vertientes: la del Golfo y los Zetas, las que también son un factor de peso  específico en la conformación política de Tamaulipas.
Las que ineludiblemente pelean su cuota de poder informal que es al final de cuentas mucho del poder real que se ha imbricado en nuestro Estado, nuestro país y nuestras regiones; ahora al compás de los grandes intereses del capital internacional de las grandes empresas, en un esquema que no es ya más el Estado nación que a muchos nos enseñaron en las universidades.
Ahí están los números, ahí están los hechos, ahí están las esperanzas puestas en una Cuarta Transformación de Tamaulipas muy vapuleada, muy cuestionada… muy falta de un verdadero liderazgo de izquierda.
Saludos y muy ¡Feliz año nuevo¡ Por ahí nos estaremos viendo nuevamente este 2022