Alejandro Mares Berrones
La crisis migratoria que se vive en la frontera de Tamaulipas desde Nuevo Laredo hasta Matamoros, tiene un responsable; el Instituto Nacional de Migración, que depende de la SEGOB.
Por décadas la frontera ha sido la receptora de migrantes y Matamoros se ha convertido en el principal punto de cruce de haitianos, venezolanos, centroamericanos e incluso mexicanos, desplazados por la violencia que genera la delincuencia organizada.
Aunado a lo anterior, el gobernador de Texas, Gregg Abbott, ha ordenado el despliegue de lanchas artilladas y tanques de combate en la frontera, para enfrentar el tráfico de migrantes por su territorio.
A dos meses de la llegada de Américo Villarreal a la gubernatura de Tamaulipas, es fecha de que no entabla un diálogo con su homólogo texano, porque AMLO se lo prohibió.
Recientemente en el Condado de Hidalgo y Camerón, el FBI y el ICE desarticularon una poderosa red de traficantes de trasmigrantes; donde se detuvieron hasta políticos, que fueron trasladados a una Corte Federal de Houston y el 28 de noviembre, el juez Ronald Morgan les dictará los cargos; este juzgador es el mismo que juzgó a Tomas Yarrington.
En Tamaulipas, la política migratoria se ha convertido en un jugoso negocio: Los trasmigrantes son la carne de cañón, de las organizaciones criminales y “un filón de oro”, para el delegado del INM, Segismundo Doguín, quien en abril de 2018 ya había sido despedido y en su lugar quedó Luis Eduardo Vega Cambero.
Vega Campero, no duró mucho como delegado del INM en Tamaulipas, Segismundo demostró tener padrinos más poderosos que lo hicieron regresar al cargo.
En octubre de 2021, se señaló públicamente a Segismundo, que desde su nuevo arribo a la Delegación Estatal del INM con sede en Nuevo Laredo, es quien tiene el manejo migratorio de los extranjeros, el que ha convertido en un jugoso negocio, “en un filón de oro”, ya que privilegia (enlista) a los extranjeros que tengan familia en USA y estos ofrecen sumas de billetes verdes para que se privilegie a sus familiares.
Incluso, quedó documentado en el aeropuerto de Ciudad Victoria, que Segismundo, utilizó por esa fecha un avión privado para trasladarse de Texas hacia a la capital de Tamaulipas en compañía de dos personas, dándose una vida de funcionario “fifi”, gracias al tráfico de los migrantes, contrastando con la política de austeridad del gobierno de AMLO.
La carrera política de Segismundo Doguín, inició al lado del ex gobernador de Coahuila, Humberto Moreira Valdés, donde tuvo varios cargos, como subsecretario de Protección Civil, secretario de Seguridad Pública y director general de la Comisión de Derechos Humanos.
Con la llegada de Peña Nieto; el 16 de febrero de 2015, fue nombrado por Miguel Ángel Osorio Chong, Delegado en el Estado de Coahuila del INM y de allí para el real, este funcionario se ha mantenido en ese hueso federal.
De Coahuila, lo pasaron a Tamaulipas y fue en Matamoros, en febrero de 2018 donde quedó evidenciado su relación con el tráfico de migrantes, ya que la Procuraduría General de Justicia del Estado y la Coordinación Estatal de Antisecuestros, reventaron 6 casas de seguridad, rescatando a 228 centroamericanos y un mexicano; se supo extraoficialmente que Segismundo Doguín pudo haber estado involucrado, por lo que fue cepillado de Tamaulipas.
Después de haber sido “despedido” de Tamaulipas, apareció en junio de 2021 como Asesor de la Cancillería de Marcelo Ebrard, en Tijuana, B. C..
Como consecuencia de la reunión que solicitó en esa fecha, la alcaldesa de Tijuana, Karla Patricia Ruíz, con la titular de la SEGOB, Olga Sánchez Cordero, Segismundo, apareció como “asesor de la Cancillería”.
La alcaldesa de Tijuana, le solicitó a la Secretaria de Gobernación resolver las condiciones en las que se encontraban los migrantes asentados en esa ciudad y que buscan el sueño americano; tal y como ocurre en Matamoros, pero en donde sigue como delegado del INM de Tamaulipas, Segismundo Doguín.