Andrés Cuellar: “A nadie le conviene una huelga”

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*El cronista de la ciudad e historiador, analiza el conflicto obrero y recuerda en entrevista como se ha dado a través de la historia.

Jorge Caleb

   “Las primeras huelgas vienen desde el tiempo de don Agapito González Cavazos, allá por los años ochenta”, recuerda el cronista de la ciudad y encargado del Archivo Municipal, Andrés Cuellar Cuellar.
    En entrevista desde el Museo Casa Mata, analiza el actual movimiento obrero y sentencia que una huelga no le conviene ni a los trabajadores ni a los empresarios y menos si interviene alguien, como en esta ocasión lo hizo la licenciada Susana Prieto Terrazas.
   “Entonces te decía, que en aquellos tiempos el liderazgo de los sindicatos era muy importante de manera que había otros como el de los carpinteros de Lupe Herrera, que solía decirle a los patrones cuando se estallaba un conflicto, “Yo te chingo”, frase que se volvió famosa en aquel entones”.
   Continúa Andrés Cuellar: “Los sindicatos en Matamoros están desde mil 930 y el primero de ellos fue el de Restaurantes, Cantinas y Similares”.
    Y es que con la ley seca en Estados Unidos a los gringos les daba por venir a aquí a beber.
   Entonces esa industria creció y eso fue lo que facilitó el inició de este sindicato…pero continuando con los de Agapito en esos años, las huelgas duraban hasta años.
     Recordó que una ocasión ya instaladas las maquiladoras, los empresarios iban a platicar con don Fidel Velázquez, él les preguntaba cómo estaban y le respondían que tenían muchos problemas.
      Y que don Fidel les contestaba: “Que yo sepa solo tienen un problema, que se llama Agapito González, pero váyanse tranquilos, que yo se los voy a arreglar, ese era el  PRI autoritario con falta de instituciones, como ahora tenemos también está en crisis de instituciones.
     Después don Agapito logró la semana de 40 horas, se mejoró el salario, pero las empresas se fueron a Reynosa.
     “El problema no es que se hayan ido todas juntas, alguien podría decía que no se fueron, pero la cuestión es que en aquellos años Reynosa empezó a crecer mucho, la prueba es que aún tiene mayor población sobrepasando a Matamoros en este sentido, es más hay personas de Matamoros que van a trabajar allá”, señala el cronista de la ciudad.
        Y es que la maquiladora comenzó a tener mucha movilidad y amenazaban con irse a otras partes y es que las empresas maquiladoras no requieren de mucho equipo, muchas veces son solo mesas de trabajo y las naves son rentadas, al igual que los terrenos.
     “Pero aun así con don Agapito, las huelgas no eran generales, eran huelgas selectivas”.
   Y sigue: “Por otro lado Lupe Herrera con su sindicato de carpinteros tenía fama de ser mucho peor que don Agapito.
     “A mí me consta, lo vi, si llegaba una empresa y hacia una casa de madera en poco tiempo, días, luego venía Lupe Herrera que la desbarataba y se tardaban el sindicato meses en rehacerla”.
     Andrés Cuellar retoma el tema de las maquiladoras: “así se manejaba el sindicalismo en ese entonces.
    “Ya en los noventas, se da el fenómeno de salarios más bajos, ausencia de huelgas, regresó la semana de 48 horas, hubo tranquilidad laboral y Matamoros volvió a crecer, porque se dio un tiempo en que se veían empresas abandonadas, comercios sin clientela”.
     Ese impacto se vio aquí en Matamoros en este tiempo de huelgas, yo fui a Chedraui, y a diferencia de otros martes o miércoles, que estaban llenas las tiendas esta semana, se veía muy poca gente, ni la tercera parte de lo que se veía antes, sostiene el historiador.
       La última huelga
 “El fenómeno nuevo de esta huelga, ahora es que interviene esta persona que realmente vive al otro lado, pero se presenta como de Chihuahua Susana Prieto”, dijo el historiador.
      Andrés Cuellar sostuvo que esta persona Susana Prieto es la persona que ha estimulado más el movimiento para que sea más violento.
     “Es muy difícil ver lo que pasará, porque las empresas que ya aumentaron son las que se perjudiquen más, porque si tenemos en el país un aumento  de 6 a 7 por ciento, si ellos aumenta el 20, pues es un privilegio muy importante estar sobre la medida, tiene que traer sus consecuencias.
   “Si en algunas empresas se declara la inexistencia, tendremos un grupo de trabajadores con ese aumento y bono, pero otro grupo con un acuerdo diferente”, añadió Andrés Cuellar.
     El sindicalismo debe seguir existiendo, porque es un intermediario, colaborador de las fábricas, pero se necesita hacer un sindicalismo más transparente porque siempre hay opacidad y algunos líderes se han enriquecido escandalosamente como Romero Dechamps y el propio Agapito aquí en la ciudad y eso debe acabarse, consideró el cronista de la ciudad.
   “Otra de las cosas que se dieron en esta ocasión, es que muchas organizaciones sociales se ocuparon de los obreros, incluso más que de los indigentes y eso nos llama la atención”.
 Y concluye: “Ojalá que de todo esto, aprendamos a dialogar, porque es algo que tanta falta nos hace”.