En los últimos años han aumentado su poder de fuego, desde los Artefactos Explosivos Improvisados (bombas caseras) hasta el uso de minas terrestres y drones modificados para liberar C4 de forma remota.
Alejandro Mares Berrones
En una ocasión le pregunté a un sargento, si no tenía miedo enfrentar a los sicarios del crimen organizado y sin pensarlo me respondió: “como chingados no, sino nos tiran con panes”.
Efectivamente los Cárteles Mexicanos, han aumentado en estos últimos 5 años su poder de fuego y su actuar ya es equiparable a las acciones de los Talibanes, Al Qaeda o el Estado Islámico.
Quizá por eso los EU buscan colocar en la categoría de terroristas a las organizaciones criminales, principalmente al CJNG, Cártel de Sinaloa y a la Familia Michoacana, quienes han aumentado su poder bélico, al grado que ahora usan minas, coches bomba, la poderosa calibre .50 con cartuchos perforantes y drones modificados.
Es imposible tapar el sol con un dedo, el CJNG ha crecido como espuma en lo que va del sexenio de López Obrador, la misma SEDENA lo sabe y también sabe que la delincuencia se surte con el mismo rifle que el Ejército fabrica, FX-05, llamado “Serpiente de Fuego”.
En 2010, en Tijuana fue detenido Jameel Nasar, quien intentó formar una red de Hezbollah en México. Desde entonces el subcomité de supervisión, investigaciones y gestión del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes de EU relacionó a las organizaciones terroristas de Oriente Medio con los cárteles de la droga mexicanos.
En 2016, la ONU, le recomendó a nuestro país, tomar precauciones sobre los Artefactos Explosivos Improvisados (AEI), en base a varios antecedentes:
Como el ataque a los Consulados de los Estados Unidos, en Monterrey y Nuevo Laredo, en octubre de 2008; que fueron atacados con explosivos y baleados.
El 15 de septiembre de 2008, en la plaza Melchor Ocampo de Morelia Michoacán, utilizaron granadas para asesinar a 8 personas y más de 100 heridos.
Medios de comunicación nacionales, han revelado que la FGR, -PGR-, han abierto centenares de averiguaciones previas y carpetas de Investigación por el delito de terrorismo, tipificado en el artículo 139 del CPF.
Al “narcoterrorismo”, se le han sumado los ataques anarquistas, de organizaciones como el Frente Subversivo de Liberación Global; Células Autónomas de Revolución Inmediata; Brigada de Eco; Cédula Mariano Sánchez Añón; CARI-PGG, entre otras, que desde 2009 a la fecha, han atacado con AEI a tiendas comerciales, así como a instituciones bancarias.
Y como decía Raúl Velazco, aún hay más:
El 8 de agosto de 2011, una carta que contenía AEI explotó en el Tecnológico de Monterrey, Campus de Atizapán, Estado de México. Ese mismo mes, el Cártel de los Zetas, incendió el Casino Royale en Monterrey, hubo 52 muertos.
El 21 de febrero de 2018, en Playa del Carmen, Quintana Roo, a la salida de un ferry, se dio un atentado con bomba, hubo 24 heridos, 4 de ellos norteamericanos; ese mismo año, en noviembre, el Consulado de EU, en Guadalajara, Jalisco, fue atacado con granadas.
El 23 de mayo de 2022, el Hotel Gala de Celaya, Guanajuato, fue incendiado con bombas molotov por sicarios del Cártel de Santa Rosa de Lima, murieron varias personas.
Y allí mismo, en Celaya, en la comunidad de El Sauz, el pasado 28 de junio de 2023, quedaron 5 elementos de la Guardia Nacional gravemente heridos, después de que les estallara un coche bomba.
En Michoacán ya usaron minas terrestres y el CJNG, utiliza drones como armamento letal, equipados con cámaras térmicas y modificados para soltar explosivos de forma remota.
A los Cárteles Mexicanos solo les falta usar chalecos explosivos y secuestrar aviones; ¿qué le pasa al gobierno de López Obrador para actuar?, ¿dejará que sigan mutilando a los militares y atentando contra los mexicanos de bien?.
Su política de “abrazos, no balazos” suena más a complicidad, que a solución.