¿Cómo es que el ancla de un barco pirata del siglo XIX, hundido en la playa Bagdad, termina en las calles de Campeche?

1472
Redacción
 
El lunes 21 de marzo de 2011, el periódico La Unión de Morelos, publicó un artículo  de Jorge Uruchurtu Chavarín, investigador del Centro de Investigación en Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos y Miembro de la Academia de Ciencias de Morelos, el cual nos encontramos en internet y lo publicamos íntegramente, por la importancia que tiene con nuestra playa Bagdad de nuestro Matamoros querido:
Hace algunos años, pescadores originarios de Campeche, a bordo de un barco camaronero llamado Manuel Alberto III, al recoger sus redes, accidentalmente sacaron del lecho marino un ancla atorada en las mismas, causando su ruptura.
El ancla fue subida a cubierta y llevada de regreso a puerto y, a su arribo, entregada a las autoridades del INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) en la ciudad de Campeche. El incidente ocurrió el 25 de noviembre del 2003, alrededor de las 21:00 horas, frente a la playa de Bagdad, en la costa de Tamaulipas.
Podemos suponer que esta ancla se relaciona con la época del comercio clandestino, ocurrido en el ahora desaparecido puerto de Bagdad, Tamaulipas, durante la guerra civil norteamericana. Este puerto, en la desembocadura del Río Bravo, tuvo un interés particular durante esta época. Debido a su localización y al arribo de barcos de distintas procedencias, el contrabando y la piratería fueron actividades constantes desde los orígenes de su población.
Durante la Guerra Civil estadounidense, el Golfo de México se transformó en un campo de batalla. México era el único país que colindaba con los estados confederados del Sur y rápidamente se estableció una red comercial entre Matamoros, Brownsville y Puerto Bagdad, este último privilegiado por su ubicación marítima y fluvial.
El algodón producido en el sur se  transportó a lomo de camello a través de los desiertos texanos, para ser exportado desde Bagdad. Los camellos se habían contemplado como una opción de transporte en la región, poco antes del estallido de la Guerra Civil.
Una vez que terminó, Bagdad perdió su importancia comercial y estratégica. Algunas fuentes atribuyen la desaparición total del puerto al huracán de octubre de 1867, aunque se reporta actividad posterior hasta 1876, año en que el gobierno mexicano prohibió las actividades portuarias en la localidad.
Quizá este huracán fue el responsable del hundimiento del barco al que perteneció el ancla encontrada. En todo caso, lo que fue un pintoresco y abigarrado puerto, con una vida bulliciosa y cosmopolita, ahora yace bajo las arenas.
Lo primero que era necesario determinar del ancla era su antigüedad, y después proceder a su restauración y conservación, para exhibirla posteriormente adornando alguna de las plazas o calles de la ciudad.ancla que esta en campeche
Se procedió a determinar su tipo con base en los diseños existentes de estos artefactos: a partir de los archivos históricos resultó ser del tipo almirantazgo y constaba de las siguientes piezas: caña, arganeo, brazos, uñas y cepo.

SU FABRICACIÓN DATA DEL SIGLO XIX

Al parecer el ancla fue fabricada en el siglo XIX, y para corroborarlo se realizó una metalografía, comparándola con otras metalografías de materiales de esa época,  determinándose que era de hierro forjado. La forma curva del diseño y el cepo de hierro sitúan la fecha probable de fabricación del ancla posterior al año 1830 y anterior a 1894.
Para su restauración, primero se procedió a retirar mecánicamente los productos de corrosión y los productos calcáreos menos adherentes, debido a la corrosión severa que presentaba la superficie del artefacto.
La estructura y composición de las piezas arqueológicas de hierro está bien caracterizada. El núcleo metálico se encuentra cubierto, típicamente, por una capa de productos de corrosión de varios milímetros, predominantemente  magnetita, que a su vez recubre a una segunda capa de óxidos-hidróxidos de hierro.
La capa externa se remueve fácilmente de manera mecánica, mientras que la capa interna protege parcialmente al núcleo metálico y además preserva la forma original. Por lo tanto, la remoción total de los óxidos no es apropiada y se deben realizar esfuerzos para estabilizar la capa interna de productos de corrosión.
Al mismo tiempo, la suspensión dentro de los poros de los productos de corrosión, contiene concentraciones muy significativas de iones ferrosos y cloruros. Estos últimos resultan particularmente dañinos para la conservación de los artefactos metálicos.
El procedimiento subsiguiente para restaurar los artefactos de hierro, es estabilizar los óxidos o productos de corrosión adherentes, así como la remoción de cloruros presentes,  que promueven la corrosión del material. Esto se realiza mediante enjuagues con una solución de sesqui-carbonato de sodio, y polarizando la muestra metálica durante 36 horas a un potencial de -1300 mV, con una fuente de poder; lo que hace que los iones cloruro sean rechazados al seno de la solución y algunos productos de corrosión del hierro sean reducidos, regresando a su estado metálico.
Posteriormente, la pieza se sumerge en una solución de hidróxido de potasio, polarizándola nuevamente, pero ahora a un potencial más positivo de -480 mV, que estabiliza la capa pasiva protectora.
Este procedimiento permite que se alcance un estado adecuado de restauración, que permite decidir acerca de algún procedimiento para su conservación, dependiendo del uso y ubicación que se le vaya a dar a la pieza.
Se puede utilizar un convertidor de herrumbre, como una solución de ácido fosfórico con hidróxido de aluminio, el cual se aplica sobre los productos de corrosión de la pieza y se dejan reposar durante cinco meses. Esto hace que los productos  de corrosión (herrumbre), se estabilicen logrando con ello una estructura más uniforme de los mismos y que, posteriormente, se pueda proceder a pintar la superficie.
En el caso particular de esta ancla, generalmente estas piezas se exponen a la atmósfera en la ciudad de Campeche, la cual es muy corrosiva debido a la alta humedad relativa del ambiente, donde las reacciones de corrosión ocurren en humedades relativas mayores a 45%. Como se puede suponer, una atmósfera marina, húmeda y con alta concentración de cloruros y otros contaminantes presentes en medios urbanos, provoca la rápida corrosión de los artefactos metálicos.
Debido a todo esto, es que se decidió utilizar un recubrimiento de poliuretano alifático transparente, después de la utilización de un convertidor de herrumbre. Este tratamiento presentó velocidades de corrosión del hierro (que se mide en milímetros por año) en condiciones agresivas de inmersión en una solución con cloruros y sulfatos que simulan una atmósfera marino industrial, por debajo de los 0.24 mm/año. Esto se observó cuando la inmersión en dicha solución fue por 45 días.
Una vez concluido el procedimiento descrito, se colocó la pieza sobre una base de concreto, evitando el contacto directo con la humedad de los suelos. Es así que esta ancla de hierro encontrada en Bagdad (playa Bagdad), terminó exhibiéndose en las calles de la Ciudad de Campeche y formando parte del patrimonio histórico de nuestro país.