Alejandro Mares Berrones
En nuestro país constitucionalmente tenemos tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Eso es lo que reza la Carta Magna, sin embargo, el poder corruptor del narco, o sea, los cárteles de la delincuencia organizada, es otro poder y es una realidad.
El poder del narco, al aportar dinero sucio a las campañas de los políticos, cuando estos llegan a sus puestos, de presidentes municipales o de gobernadores, tienen que regresar la copa, a través de concesiones, puestos o hasta lo más burdo, empresas constructoras con las que realizan la obra pública.
Al final todo termina en un amasiato, entre políticos y narcos, dando origen a narcogobiernos; alcaldes y gobernadores que cogobiernan con el narco; porque en el bajo mundo del hampa, como en el mundillo de la política, ocurre como en el póker, “el que paga, manda”.
La división de poderes, políticamente no es lo que precisa nuestra Constitución; sino todo lo contrario, “el que paga manda”.
Si el narco paga campañas, ¿a quién obedecerá el gobernante que recibió dinero sucio o apoyo electoral para llegar al cargo?.
Lo mismo pasa con los tres poderes que mencione al principio, ¿cuál de ellos, es el que paga?; la respuesta es simple, el Ejecutivo, por eso el Legislativo y Judicial, se encuentran supeditados a este, como en las cartas del póker.
Los legisladores de Acción Nacional, en el Senado y en la Cámara de Diputados, denunciaron “acuerdo político”, entre el gobierno de Américo Villarreal y la Columna Armada “Pedro J. Méndez”, para liberar al líder de este grupo de autodefensas, constituido para hacerle frente a los Zetas.
Ese acuerdo, desde hace tiempo que existe; en Tamaulipas el Poder Judicial no está bajo el control de Villarreal, pero el Fiscal General Irving Barrios Mojica, sabe cuál es el poder que paga, el que propone, maneja y en última instancia autoriza el presupuesto.
Así que la Fiscalía General de Justicia del Estado, no le quedó de otra que doblarse ante la Columna Armada “Pedro J. Méndez”, pues entre esta y el gobernador Villarreal, existe un amasiato, que ha quedado patentizado ante la liberación de Octavio Leal Moncada “El Tarzán”.
“El Tarzán”, en la pasada campaña, donde resultó electo Villarreal, él y su grupo armado, tuvieron una participación activa y directa, él mismo organizaba mítines en franco apoyo al entonces candidato de Morena.
El 5 de Julio en Nuevo León, fue detenido “El Tarzán”, por el doble homicidio en agravio de Rutilio Talip y Saib Talib; fue trasladado a Tamaulipas donde fue encarcelado.
El 20 de Julio, el propio Secretario de la SEDENA, en una de las mañaneras exhibió a “El Tarzán” y a la Columna Armada como parte de una célula del Cártel del Golfo.
En septiembre, AMLO reconoció que este grupo criminal había sumado votos a Villarreal; en este mismo mes se filtró un audio, donde aparece la voz de la ex diputada Nohemí Leal Estrella, hija de “El Tarzán” y la nieta de este Lizbeth Lucero, donde entre ellas mencionaron el pacto de Villarreal con la Columna Armada y con otros grupos.
Nohemí mencionó en ese audio que Villarreal estaba bien amarrado con varios Cárteles, no solo con la Columna Armada.
El 16 de noviembre, la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas, detuvo a Nohemí, por el delito de privación de la libertad, en agravio del periodista Néstor Troncoso, por hechos ocurridos el 31 de mayo de 2019, cuando fue diputada por el PAN y recibían protección de Cabeza de Vaca.
La detención se llevó a cabo en Ciudad Victoria e inmediatamente la Jueza de Control, Dalia Inés Reyes Zúñiga, la dejó en libertad, desde esa fecha la FGJ se empezó a doblar.
El 29 de noviembre, la FGJ a cargo de Irving Barrios Mojica, terminó de hincarse ante Villarreal, el líder de la Columna Armada, Octavio Leal Moncada, quedó en libertad por falta de elementos para procesarlo.