El 26 de junio de 1978, no se olvida

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La quema de la Presidencia Municipal, marcó a Matamoros y nadie quiere recordarlo

*A 42 años de los acontecimientos, cuando la turba quemó la Presidencia, saqueó negocios y murieron 4 personas, “el silencio cómplice” es más fuerte que los propios hechos.

Staff El Norteño

Andrés Cuellar Cuellar, “regresa la cinta de su memoria” y se ubica en la noche del 26 de junio de mil 978, hace ya 42 años.
“Indudablemente que eso dejó huella. Nunca se investigó al policía que mató al estudiante, y es uno, de la gran mayoría, de crímenes impunes independientemente del delito que haya cometido”.
Cuellar Cuellar, se refiere a los hechos que se registraron a raíz de la muerte de un estudiante de la Secundaria 4 de la colonia Mariano Matamoros y que terminó con la quema de la Presidencia Municipal, el saqueó de los comercios del centro, de varios vehículos y la muerte de otros 2 estudiantes y un reo en la cárcel municipal, que entonces estaba en la parte baja de la presidencia.
Andrés Cuellar, encargado ahora del Archivo Municipal, reconoce que al parecer nadie quiere recordar.
–“Pues es que son hechos violentos, que marcan, pero que quedaron impunes, que todos quieren olvidar porque se perdieron vidas y muchos bienes materiales”, dice el historiador desde sus oficinas en el Museo Casa Mata, antes de que iniciara la pandemia, hoy se encuentra en su casa.
“Luego ya no hubo más protestas, siempre se habló de uso político, de la intervención, de gente de fuera, pero siempre se dice lo mismo, ese era ya un disco muy rayado”, sostiene el entonces profesor de la Secundaria 4.
Y advierte:
“Estamos hablando de una serie de 10 días de mítines y una noche de saqueo que se desarrolló en unas 6 horas más o menos. Y ahora más que nunca, existe la posibilidad de que hechos de este tipo se repitan porque estamos en una sociedad muy agraviada, por corrupción y violencia…
De manera que un brote de violencia puede surgir como ya está pasando en otros estados con lo de la reforma educativa, yo no simpatizo con la coordinadora, pero simpatizo menos con el sistema de represión que están usando”, reflexionó en aquel entonces.

Considera también que de haber sido más flexible el entonces presidente municipal, Antonio Cavazos, se hubiera evitado el problema, salió corriendo cuando empezó el problema, pero se sostuvo hasta el final de su mandato.
“Estábamos temerosos de que se fueran a quemar el archivo municipal que se tenía entonces, pero por fortuna eso no pasó. Sin embargo todo fue por la falta de habilidad para manejar las cosas de nuestros políticos como lo que está pasando ahora”.
Pensamos que Matamoros es una de las pocas ciudades que parte de la población se reveló y saqueó a la ciudad, porque eso fue lo que pasó.
Recordó:
“En aquel entonces yo trabajaba en la secundaria número 4 de la colonia Marianao Matamoros. Como el 15 día de junio de mil 978, un estudiante mío (Salvador Barrios Barba) un estudiante muy inteligente pero que asistía poco, un buen día un policía lo correteó, lo alcanzó y lo golpeó.
El era un alumno, que no era robusto, más bien delgado y no alto. De hecho supimos que uno de sus propios compañeros del policía le dijo que ya lo dejara porque lo iba a matar.
“Se lo llevaron a la caseta de la propia colonia, allí lo tuvieron por un tiempo, no lo atendieron y posteriormente murió, lo que provocó una serie de protestas y manifestaciones”.
En aquel entonces el presidente municipal, Antonio Cavazos Garza, no quiso negociar con los que protestaban, principalmente en la petición de castigar a los culpables y destituir al entonces inspector de Policía, Emiliano del Toro Farías, añadió Andrés Cuellar.
“Posteriormente en un mitin, cuando nosotros andábamos comprando un camión para la escuela, nos dimos cuenta que el problema había estallado. Resulta que varias de las personas que andaban en el mitin, se sublevaron, quemaron la presidencia, saquearon varios negocios, con exepción de la entonces tienda, Más Más de Jorge Cárdenas.
“Un general a cargo entonces, después de los hechos decía que un pelotón de 8 soldados había logrado controlar la situación”, se mofa Andrés Cuellar Cuellar.

Los hechos

Como a las 11 de la mañana del 15 de julio de mil 978, Salvador Barrios Barba de apenas 15 años de edad decidió no asistir a las últimas clases en su secundaria, la número 4 de la colonia Mariano Matamoros. A menudo lo hacía pero esta vez fue diferente. Se sentó en una de las bancas de la plaza en el corazón de la colonia y dejó que la vida pasara.
–“Oye cabrón, que estás haciendo allí…vete a la escuela, órale chingado”– le grito el policía municipal, Jesús Vargas Ruiz desde su patrulla.
–“No estoy haciendo nada, por qué me grita”–, le reviró el estudiante desafiante.
–“A que la rechingada, te estoy diciendo que te vayas a la escuela cabrón”– le respondió el policía mientras abría la puerta de la patrulla.
“Chava”, como lo conocían sus amigos, se asustó y corrió al interior de la colonia, al sur, pero el policía lo alcanzó apenas unos metros más allá…
–“Qué chingados me contestaste cabrón… no te ensañaron a respetar”– le gritó el policía mientras descargaba su enojo en golpes sobre el cuerpo de Chava de apenas 50 kilos y poco más de 1.50 de estatura.
–“No mames pareja, ya no le pegues, lo vas a matar”– le recomendó su compañero de labores el oficial, Leonel Sepúlveda, pero Jesús Vargas no hizo caso.
Chava no aguantó “la putiza”, unas horas más tarde, cuando era trasladado al Hospital General Alfredo Pumarejo, desde la Caseta Policiaca de la colonia, dejó de luchar por su vida. Le dolía todo, desde los pies a la cabeza. Murió unas horas después.
A partir de ese momento, una serie de protestas y mítines se registraron en la ciudad. La indignación fue general, a los estudiantes de la secundaria y los colonos de la Mariano, se les unieron los estudiantes del Instituto Tecnológico de Matamoros (ITM) pues allí estudiaba el hermano de Salvador, Roberto Barrios Barba.
En varias ocasiones los estudiantes trataron de negociar con el presidente municipal, pero siempre encontraron la negativa de sancionar a los policías y al Inspector de la Policía Emiliano del Toro.

A partir de las 6 de la tarde los estudiantes comenzaron a llegar a la plaza principal, la Hidalgo, frente a la Presidencia municipal, solicitaban la destitución del Inspector de la Policía y el enjuiciamiento del agresor.
Una comisión de estudiantes del ITM subió a las oficinas del presidente municipal Antonio Cavazos Garza, trataron de negociar, pero siempre, como en los días anteriores, se negó a destituir al inspector de la Policía y a sus oficiales.
Cavazos Garza aceptó darle la cara a los manifestantes desde el balcón de Presidencia municipal…y ante la postura de seguir sosteniendo a los oficinales policiacos…
La turba reacción: lanzaron piedras, reclamaron, gritaron consignas, como “Vete presidente…vete presidente” e incluso existe una fotografía única que tiene el periodista Jorge Guadalupe Campa, donde el entonces estudiante de la Preparatoria Juan José de la Garza, Tomas Yarrington Ruvalcaba, ex gobernador de Tamaulipas, es captado cuando lanzó una bomba molotov para incendiar el Palacio Municipal.
Antonio Cavazos vio aquello y decidió abandonar el balcón y tratar de salir de la Presidencia municipal. Brincó escaleras, corrió por techos, con algunos de sus colaboradores y se puso a salvo.
Ya era muy tarde, la turba había quemado la parte baja de Presidencia Municipal, habían saqueado los comercios del centro de la ciudad, quemado unos 8 vehículos, entre ellos varias patrullas.
La turba regresó por la calle Sexta y arremetió con lo que era en ese entonces la cárcel municipal. Se desató una balacera y al final allí encontraron 3 cadáveres, el del estudiante Vicente Antonio Munguía Lambarri y Ricardo Rangel Niño, de 15 años, ambos detenidos en la revuelta, además de un preso, Juan Mares Castro, los 3 ejecutados a balazos, principalmente en la cabeza.
Para cuando el Ejército mexicano intervino, como a las 10 de la noche, ya todo había pasado y el general Ricardo Cervantes García Rojas, al mando de las tropas que detuvieron al menos a unos 43 estudiantes, se aventó una flor: “Solo necesitamos un pelotón de 8 soldados para tranquilizar las cosas”.
A nivel nacional, vía telefónica, con Televisa, el presidente municipal Cavazos Garza culpó a los medios de información “por azuzar a los profesionales de la violencia de izquierda y gentes ajenas al municipio”, lo mismo hizo el entonces diputado federal y líder obrero, Agapito González Cavazos.
Los testimonios de la época revelan que el Ejército, mucho más de 8 soldados tomaron el centro de la ciudad hasta la mañana del martes 27 de junio.
El entonces gobernador del estado, Enrique Cárdenas González arribó a la ciudad al mediodía el mismo martes para destituir al inspector de policía Emiliano del Toro, pero para defender la versión de que trataba de agresores profesionales de izquierda, gente que no era de Matamoros.
Así se escribió la historia que nadie quiere ahora recordar.