973
 

Además evade pagar el impuesto predial, el particular que le vendió 

 

El Consulado Americano…  “en el limbo legal” 

  *Nadie sabe cómo ese estero llegó a manos de particulares, dijo el historiador, Andrés Cuellar Cuellar    

 

Alejandro Mares Berrones/Jorge Caleb Rosas Martínez  

 

      Así como muchos predios y colonias en Matamoros, “La Jardín”, que comprende desde la Tamaulipas, hasta la Bravo y Cuarta, reconocida por sus lujosas viviendas y porque en ella vive “la sociedad más fina de esta ciudad”, su situación legal se encuentra “en el limbo” y además tiene una deuda considerable por el pago de predial, al igual que el nuevo Consulado Americano, es decir, los ricos son los que menos pagan y más evaden. 
Las áreas verdes de la colonia Jardín, por arte de magia desaparecieron, los ricos del pueblo se quedaron con ellas y aprovecharon la quema de la Presidencia Municipal, allá por junio de 1978, para desaparecer el Plano Oficial de esta colonia. 
Recientemente el ex alcalde Jesús Roberto Guerra  Velasco, devolvió unas oficinas al Ayuntamiento de Matamoros que tenía por la avenida Álvaro Obregón, a un costado del Consulado General de los Estados Unidos; manifestó Isidro Vargas, segundo síndico y presidente de la Junta de Coordinación Patrimonial (JUCOPA). 
 
     La edificación del Consulado Americano en lo que antes fue el Gran Hotel Residencial, provocó el análisis en la sociedad sobre la transacción que realizó la familia de Emigdio Manuel García Flores, “don Emigdio”. 
     El historiador y encargado del Archivo Histórico Municipal, Andrés Cuellar Cuellar, recordó que toda esa colonia era un gran estero que incluso llegaba hasta lo que ahora es el centro de la ciudad. 
      Pero allá por los cincuentas, llegó “la fiebre privatizadora”, de manera que muchos de los esteros fueron rellenados, y quién sabe de qué manera, fueron vendidos a particulares, subrayó el historiador. 
       Para la  Junta de Coordinación Patrimonial (JUCOPA) que precisamente se encarga de ver la situación legal de predios y colonias, tanto este como muchos otros, son casos que deben pasar a revisión con el fin de tener la certeza de su legalidad, dijo el titular de la JUCOPA, el segundo síndico del Cabildo,  Isidro Vargas Fernández. 

    La Historia           

    “Era el estero del Norte o el estero del Bravo y se comunicaba con el estero Cuarteles y que tenía forma de herradura, por la calle Pedernal, recuerda el historiador Andrés Cuellar Cuellar. 
     Pero por el año de mil 950, se corrió la versión de que los esteros eran una fuente de contaminación, por enfermedades que se crean a raíz de los moscos que se creaban en el agua. 
     “Entonces se creyó que lo mejor que se podía hacer era rellenarlos. Esos esteros estaban unidos por un arroyo y que curiosamente se secó”.  
     Si vas por la calle Bravo, Matamoros, González y Morelos llega el momento que por la parte de abajo hay un canal o arroyo, mediante el cual se comunicaban los esteros, ese arroyo sigue allí por abajo, asegura Andrés Cuellar. 

     Esto sucedió  en los gobiernos de Miguel Treviño Amparam,  Augusto Cárdenas y todo mundo creía que era correcto. 
     Y afirma que ese estero se rellenó, pero que no sabían qué hacer con ese espacio y luego de muchos años, ya con don Jorge (Cárdenas González) se dijo que eso se iba a desarrollar. 
       “Pero como sea sigue captando agua y hay motivos de pensar que cuando finalmente se hizo el Hotel Residencial, no dejaron espacio para estacionamiento”. 
      Entonces solicitaron un pedazo de área  verde que estaba contigua a esa zona, pero al momento de venderse al Gobierno de Estados Unidos, se hizo completa, con toda esa área verde. 
   “Ya relleno, entonces había una escuela allí, la Miguel Sáenz González, que se destruyó para poder construir el hotel, a través del programa nacional fronterizo”, dijo el historiador. 
     Después como todo se fue desarrollando poco a poco y ese desarrolló consistió en diversas obras. 
      Posteriormente se hizo el denominado Palacio de las artesanías que pretendía vender las artesanías directamente del productor, pero fracasó, narró Andrés Cuellar. 
    En los tiempos de don Jorge (que también se quedó con algunas áreas verdes que se encuentran alrededor del Consulado) y en un acto en el que participó Sonia Martínez del Villar, tomaron el edificio para darle uso municipal y se construyó el Museo del Maíz. 
     “Tiene un sótano que se inunda y pues no se qué uso le dan y fue tan bien hecho que ganó un premio internacional, lo hizo el arquitecto Panni, aunque yo no le veo, muchos motivos, pero allí esta”, expresó Cuellar Cuellar. 
      Luego la misma gente que tomaron el edificio, se enojaron y pidieron que se fuera, entonces el secretario de cultura de don Jorge logró que se fuera y ahora esta en la Hacienda de los Gutiérrez, en  Zuazua Nuevo León, donde creo que todavía esta allí. 
       “Luego se creó una especie de museo, no tan bien definido parece que fue con Sampayo,  y ya con  Tomas Yarrington se hizo el museo del Olímpico que le dicen el cacahuate, no sé por qué. 
         Siempre ha habido como un rumor, pero que es como un secreto a voces que en ese entonces a los regidores los compensaban con terrenos, eran áreas verdes. 
     “De allí que colonias como la Hidalgo, que es muy pequeña, pero una parte se la dieron a la Barra de Abogados y la otra la traficaron”, reveló. 
    Yo me imagino que el Programa Nacional Fronterizo, luego de la privatización que se vino en los cincuentas, debió  venderlos y los García se quedaron con él. 
      “Lo que pudo pasar es que en la compra de ese predio, igual el Consulado aceptó esa deuda, para ellos saldarla”. 

Lo legal 

Para la Junta de Coordinación Patrimonial (Jucopa)  no se tiene por el momento ese antecedente de ese terreno o polígono,  pero van a revisarlo y ver si se tiene antecedentes, dijo Isidro Vargas Fernández, titular de la Junta y segundo síndico del Ayuntamiento. 
    El presidente de la Jucopa, recordó que desde hace muchos años, Matamoros  no estaba poblado como ahora y eso provocó un caos en su urbanización. 
   “Partiendo de eso los terrenos son federales, de manera que cuando se desarrolla una colonia, el municipio es el que lo urbaniza”. 
   Pero siempre hemos tenido este problema de las invasiones, de manera que ya se vuelve un tema particular con el propietario, pero vamos a revisarlo, verdad, dijo el síndico. 
    Patrimonio Municipal debe tener antecedentes de esto, vamos a verlo y en base a eso a proceder de acuerdo a la ley. 

Los valores estadounidenses 

 
Sin duda que el Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, es respetado por sus valores de honestidad y transparencia. 
Y como lo dijo el historiador Andrés Cuellar Cuellar, en párrafos anteriores, fue Emigdio Manuel García Flores, el empresario que le vendió el terreno al gobierno de los Estados Unidos y también fue “don Emigdio” quien agarró una área verde como estacionamiento de su entonces Gran Hotel Residencial, esta pudo haber pasado ilegalmente al Consulado Americano. 
 
Al parecer el Consulado si respetó el área verde, pero como parte de la arquitectura de su edificio, así luce el jardín por la avenida Constitución, que se ve más bien como parte del Consulado, que como área verde. 
 
No todo está claro, en la transacción de compra venta de este terreno en donde se edificó el Consulado Americano, pues quien protocolizó la escrituración fue el abogado de cabecera de los Garcías, el notario Pedro Luis Coronado “Peluco”, precisamente cuando fue diputado federal y cuando fungía como titular del Registro Catastral y de Comercio, José Luis González Benavides “El Chacho”, quien por un “moche”, dejaba inscribir la escritura sin que se tuviera pagado el predial. 
 
Dicen que el notario Pedro Luis Coronado, “pagó” 500 mil pesos para dejar en ceros la cuenta del predial del Consulado Americano, pero investigamos al respecto y resulta que la deuda ha aumentado a 847 mil 831 pesos, el último bimestre pagado fue  el 4/2013, según datos del Registro Registral y Catastral del Estado de Tamaulipas.  
 
Precisamente en abril de 2013, el entonces Cónsul General de Estados Unidos en Matamoros, Thomas Mittnacht, aseguró en esa fecha que su gobierno estaba en el proceso de adquirir el Gran Hotel Residencial Best Western propiedad de Emigdio Manuel García Flores. 
 
El Cónsul Thomas Mittnacht, dijo en su declaración pública de aquel entonces, que el terreno tenía una superficie de 3.1 hectáreas (31 mil metros cuadrados) y que el proyecto de construcción iniciaría en el año fiscal de 2014. 
El lunes 18 de abril de 2016,  las autoridades de Estados Unidos, colocaron la primera piedra de lo que hoy es el Consulado Americano, en esa fecha estuvo presente el encargado de negocios, William Duncan, la Cónsul Angela Kerwin, el entonces gobernador corrupto Egidio Torre Cantú y la alcaldesa Leticia Salazar Vázquez, todos agarraron las palas y empezaron a “palear”, para colocar la primera roca del majestuoso edificio. 
 
La inversión final, la anunciaron en 180 millones de dólares, nadie sabe en cuanto vendió Emigdio Manuel García Flores ese terreno, pero al parecer lo hizo con todo y el área verde que no le pertenecía, porque actualmente luce como parte del diseño de la arquitectura moderna del Consulado Americano.   
 
El 15 de mayo de 2019, el Consulado General de los Estados Unidos en Matamoros, abrió sus puertas, después de 3 años de construcción, al evento fue invitada la crema y nata de la política local y estatal, y claro, no podían faltar los residentes de la colonia Jardín… 
Hasta el nefasto gerente de la JAD, Guillermo Lash de la Fuente, se fue a empinar el codo, por haber conectado las tuberías del Consulado al drenaje de la ciudad. 
En el acto de inauguración del Consulado Americano, estuvo el encargado de negocios de los Estados Unidos, John S. Creamer, la actual Cónsul General Neda Browns y el director de operaciones de edificios en el extranjero (OBO) Addison D. “Tad” Davis IV, así como el gobernador del estado, entre otras figuras políticas locales y estatales. 

El Consulado se encuentra ubicado en avenida Constitución y avenida Álvaro Obregón número 1 de la colonia Jardín, el edificio, cuenta en su entrada principal con blindaje máximo por parte del cuerpo de Marines de los Estados Unidos, en su exterior está rodeado por elementos de seguridad de origen mexicano y hasta por la Policía Estatal, tiene una alberca y su propia planta purificadora, su arquitectura es de lo último en tecnología, monitoreado las 24 horas del día por cámaras de seguridad. 
 
En la página web del Consulado dice que el nuevo complejo proporciona una plataforma segura, moderna, sostenible y resistente para la diplomacia de EE. UU. en México y está en la meta de lograr la certificación Gold de LEED en liderazgo en energía y diseño ambiental… 
Y remarca: 
“Estas instalaciones representan los valores estadounidenses”… 

Consulado con deuda de predial 

 
Sin embargo, el predio del Consulado General de los Estados Unidos en Matamoros, que se encuentra bajo la cuenta 22-01-01-014-001, tiene un rezago en el pago de predial, entre impuesto, recargos, cobranza y ejecución de 847 mil 831 pesos y esto no habla muy bien de los valores estadounidenses. 
Suponiendo sin conceder, que el notario público, Pedro Luis Coronado, se haya aventado el tiro y no finiquito el predial, que debió haber realizado para protocolizar la compraventa y después la escrituración, eso no exonera al Consulado Americano de ponerse al corriente con el impuesto predial y debería exigirle al particular que le vendió que aclare este asunto. 
 
Es curioso, pues se habla que al Consulado Americano se le invirtió 180 millones de dólares, algo así como 3 mil 400 millones de pesos y al terreno de 31 mil 003 metros cuadrados lo tienen valuado en 55 millones 805 mil 184 pesos, es decir una cantidad irrisoria comparada con la inversión que hicieron en ese majestuoso edificio. 
 
La construcción la tienen en ceros, por lo que también están obligados a actualizar, porque estarían evadiendo pagar el impuesto predial que se supone sin conceder no pagó el notario y eso habla muy mal de los valores estadounidenses. 
El Consulado no se puede convertir en cómplice de un mal notario, que se supone debió pagar el impuesto predial antes de escriturar y ese pago ser corroborado por el particular que vendió a la diplomacia estadounidense en Matamoros… 
En este asunto, se dan dos hipótesis: que el notario y propietario de ese predio, malévola y alevosamente no hayan hecho el pago del predial o que sí lo hicieron, pero el entonces titular de Catastro Municipal, no lo ingresó a las arcas de la Tesorería, por eso de la deuda que le aparece al Consulado.  
 
Los abogados saben que los Consulados, embajadas ya construidos o desde el momento en que escrituran, están exentos de pagar impuestos y gravámenes nacionales, regionales o municipales, de acuerdo a la Convención de Viena. 
Pero lo anterior no aplica para el vendedor, que en este caso fue un particular, don Emigdio Manuel García Flores, así lo deja claro el artículo 23 de la citada Convención, quien debió de haber vendido sin la deuda del predial que hoy tiene el Consulado general de los Estados Unidos en Matamoros.