*Luego de su detención, se desató un flujo de información a favor y en contra del exgobernador y exalcalde de esta ciudad que repercutió en las redes sociales.
Jorge Caleb
La detención del exgobernador del estado y originario de esta ciudad, Tomas Yarrington Ruvalcaba, provocó un revuelo nacional que se reflejó en esta ciudad, en los medios de información e incluso en las redes sociales.
El expresidente municipal de esta ciudad fronteriza, acusado de lavado de dinero presuntamente proveniente del narcotráfico y evasión de impuestos en los Estaos Unidos, fue detenido en Florencia Italia, con una credencial y licencia de manejar falsas a nombre de José Angel Márquez Pérez.
Eso provocó un “tsunami político” que se reflejó en los círculos políticos de esta ciudad fronteriza que trascendió hasta las redes sociales, en donde algunos lo defendían y otros lo atacaban.
En los círculos políticos de Matamoros, en los días posteriores a su detención, se “desató un debate”, entre exfuncionarios de la administración de Tomas Yarrington, quienes se dicen sus “amigos” y excolaboradores, funcionarios actuales y hasta periodistas… y uno que otro “interesado en la política”.
Y se vinieron los adjetivos… desde “el amigo, el mejor expresidente, el mejor exgobernador…el que más robó, el jefe del cártel de la narcopolítica…hubo de todo.
Desmantelado “el narcopoder”
El semanario proceso, sacó su archivo y recordó que desde abril del 2 mil 17 ya el exgobernador, Tomás Yarrington se localizaba en Italia.
Escribió la reportea italiana Irene Savio:
“La mañana del pasado domingo 9, el día que los policías que lo seguían iban a aprehenderlo, Tomás Yarrington estaba en la ciudad de Paula, en la sureña Calabria”.
Yarrington ocupaba una vivienda alquilada en la avenida Dei Giardini, a pocos metros de una comisaría de policía, en un barrio residencial de esta pequeña ciudad costera de poco más de 16 mil habitantes.
En el primer piso de esta residencia el exgobernador de Tamaulipas se había instalado hacía pocos meses, revelan a Proceso fuentes cercanas al caso.
Allí Yarrington mantenía también algunas pertenencias que encontraron los policías en un allanamiento posterior a su detención: un pasaporte con su verdadero nombre, relojes de lujo y una computadora, entre otras cosas. “Parecía un don nadie. Iba bien vestido, se mostraba como un señor amable y discreto”, cuenta uno de los agentes consultados para este trabajo.
“No hacía vida de fugitivo. Pasaba desapercibido, como un jubilado más”, precisa después Luigi Rinella, quien coordinó la operación de localización y captura del prófugo mexicano.
Tan tranquilo estaba Yarrington que incluso se había conseguido un perro. “Y no sólo eso, también frecuentaba un gimnasio”, puntualiza Arcangelo Badolati, un veterano periodista de la Gazzetta del Sud y quien ha estado detrás de las huellas de Yarrington desde que se conoció la noticia de su presencia en Italia.
Según la reconstrucción de Badolati, la vivienda en la que se refugiaba Yarrington en Paula había sido alquilada mediante una agencia inmobiliaria sobre la cual hay pesquisas en curso.
Pero ya antes Proceso lo había calificado como el jefe de un Cártel Narcpolítico que estaba relacionado con el presidente Enrique Peña Nieto:
“A finales de enero de 2012, en plena precampaña presidencial del PRI, la Procuraduría General de la República (PGR) confirmó en un comunicado de prensa que tres exmandatarios de Tamaulipas eran investigados por presuntos delitos de lavado de dinero y enriquecimiento ilícito.
Se trataba de Manuel Cavazos Lerma, gobernador entre 1993 y 1999, que le dejó la estafeta a Tomás Yarrington y al sucesor de éste, Eugenio Hernández.
La PGR también le solicitó a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes que proporcionara “toda la información” sobre el registro de entradas y salidas del país de estos exgobernadores, de varios colaboradores suyos, sobre todo de quien fue procurador en la administración de Yarrington, Fernando Tomás Cayuela Villarreal, de la esposa de aquél, María Antonieta Morales Loo, y de sus hijos María Antonieta y Tomás Antonio Yarrington Morales.
La información se divulgó tres días antes de que Enrique Peña Nieto, el precandidato único del PRI, visitara Tamaulipas para sellar el apoyo de la clase política de esta entidad a su campaña presidencial.
“Es sospechoso y sintomático que en pleno proceso electoral de nuestro partido aparezca este tipo de información que tiene aroma inocultable de guerra sucia”, afirmó Cavazos Lerma, en ese momento candidato a senador por la vía plurinominal.
Peña Nieto utilizó prácticamente las mismas palabras para defender a sus correligionarios, en especial a Yarrington, a quien las autoridades estadunidenses investigaban desde 1998 por sus presuntos vínculos con un Cártel de las drogas. En abril de 2004, el entonces titular de la Subprocuraduría de Investigaciones Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), José Luis Santiago Vasconcelos, también lo señaló como objeto de una investigación por encabezar una red de 300 funcionarios, empresarios y políticos que encubrían al jefe de esa organización criminal.
El 11 de febrero de 2012, tras una nueva información proveniente de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA por sus silgas en inglés), que acusó a Yarrington ante una corte de Texas de recibir sobornos de Cárteles de las drogas, Peña Nieto volvió a declarar que era “sospechoso” que surgiera “una filtración en plena campaña electoral”.
En Matamoros las repercusiones no se hicieron esperar… desde sus supuestos amigos y exfuncionarios, hasta en cualquier círculo, el tema de Tomas Yarrington, estaba en boca de todos…fue un verdadero tsunami político.