Alejandro Mares Berrones
El domingo 13 de noviembre, Américo Villarreal Anaya, gobernador de Tamaulipas, visitó la ciudad de Reynosa, para sostener una reunión de trabajo con los 10 alcaldes de la frontera, en su mayoría de morena.
Villarreal presumió que dicho encuentro es histórico, que nunca había ocurrido y que el objetivo era darles a conocer a los ediles el Plan de Apoyo de su gobierno a la región fronteriza.
Fue en el Centro de Convenciones donde se realizó el encuentro; por cierto, infraestructura construida por el ex gobernador Cabeza de Vaca, a quien Villarreal quiere mandar a prisión.
Allí, Villarreal escuchó toda clase de lambisconerías, como lo dicho por Teodoro Escalón Martínez, alcalde de Río Bravo, quien sustituyó a Héctor “El Calabazo” Villegas González, ya que este pidió licencia para ocupar la Secretaría General de Gobierno.
“El Calabazo”, es el segundo hombre más importante en el gabinetazo de la 4T en Tamaulipas y uno de los más “honestos”.
Tan honesto, que en un año como alcalde de Río Bravo, empezó acrecentar su riqueza; de dos carnicerías, ahora tiene 10 y de una modesta residencia, ahora construye una torre, pero ya daremos cuenta de la “austeridad” que rodea al secretario general de gobierno de Tamaulipas.
Por lo pronto, al que dejó como mayordomo de la alcaldía de Río Bravo, Teodoro Escalón, no pudo ser más lambiscón con Villarreal, cuando le dijo: “Señor Gobernador, el servir usted lo lleva en la sangre”, en franca referencia a que el actual gobernante es hijo de un ex gobernador priista.
Pero contrario, a lo que esperaban los alcaldes de la frontera, Villarreal prácticamente los regañó, diciéndoles que no iba permitir corruptelas en obra pública en su gobierno, prácticamente les dijo, que se cortaran las uñas; debería de empezar por el lambiscón, ese que su secretario general dejó “en cargado del rancho”, allá en Río Bravo.
Villarreal, andaba bravo ese domingo, ya que le habían reportado que en Ciudad Victoria, se había desatado la violencia, un comando armado, llegó a un evento de arrancones en el Autódromo de la capital y asesinó a balazos a 3 personas y otras resultaron heridas.
Se dijo en los medios de comunicación de la entidad, que las personas asesinadas eran los organizadores del evento, ninguna autoridad hasta la fecha lo ha confirmado; el único comunicado fue el de la Secretaría de Seguridad Pública, que informó que ninguna autoridad había dado autorización para esos arrancones de vehículos.
A raíz de estos asesinatos que se dieron a plena luz del día, porque ocurrieron a las 12 horas, el gobernador Villarreal, le mandó un mensaje a la delincuencia organizada:
“En mi gobierno no habrá impunidad ni tolerancia para aquellos que atentan contra la paz y la tranquilidad de Tamaulipas”.
Y luego dijo que con sesos enfrentara a los criminales:
“En mi gobierno apostaremos por la inteligencia para desarticular a los grupos criminales” y le aventó la pelotita a la Fiscalía General de Justicia, para que sea esta la que investigue y de con los asesinos de esos hechos criminales.
Pero que creen, resulta que el martes 15 de noviembre, los delincuentes le respondieron a Villarreal, con una amenaza de bomba contra el Congreso del Estado, según las investigaciones la llamada salió desde González, Tamaulipas.
Esa amenaza orilló a que los legisladores y personal del Congreso, abandonaran el recinto y quedara cancelada la sesión ordinaria de ese día; el Ejército y la SSP del Estado se hicieron cargo de la situación, revisando el edificio con binomio canino especialista en explosivos.
Sin duda, Villarreal seguirá pisando callos, ya lo hizo al cancelar 27 patentes notariales, otorgadas por Cabeza de Vaca a poderosos abogados de la entidad, pero la pregunta es:
¿Tendrá Villarreal la capacidad para enfrentar a la clase política corrupta de Tamaulipas, así como a la delincuencia organizada que ya lo estrenó?.