*Ante el fracaso del PAN comienza el saqueo de la paramunicipal, para borrar evidencias de los malos manejos de los recursos económicos y humanos
Alejandro Mares Berrones
Ante la “estrepitosa derrota” de su “padrino político” y protector, Carlos García, el gerente general de la Junta de Aguas y Drenaje (JAD) Guillermo Lash de la Fuente, comenzó ya, como “toda rata de barco que se hunde”, a desmantelar la paramunicipal.
Junto con él y en plena complicidad, el dirigente del Sindicato de Trabajadores de la JAD, Marcos Leal, también rehúye a la prensa ante su indiferencia por la muerte de su compañero de trabajo, Miguel Angel Olivares Hernández, que falleció en plena faena de trabajo el 5 de junio.
Y así como la semana pasada en el sistema DIF comenzaron a extraer cajas de documentos, esta semana “la operación limpieza”, como le denominaron los propios trabajadores, arrancó en la JAD y en la planta 1 y 2 se vieron a trabajadores de confianza e incluso del sindicato, a desmantelar y borrar evidencias.
Mientras eso pasa, un grupo de trabajadores de la JAD denunció a condición del anonimato, al dirigente del sindicato Marcos Leal, de actuar con total indiferencia ante la muerte del compañero Miguel Angel Olivares.
Marcos Leal, no ha podido resolver el problema de indemnización por la muerte de Miguel Angel, pese a que lo mandaron a trabajar sin el equipo adecuado.
En la JAD de hecho, comenzaron a desmantelar las instalaciones en la planta 1, mientras que en la planta 2 comenzaron a “limpiar los archivos”.
El grupo de trabajadores consultado, mencionó que Marcos Leal, quien llegó gracias a las argucias de Lash de la Fuente, no ha hecho nada a favor de los trabajadores y es cómplice del gerente ante la indiferencia de equipar a las cuadrillas de trabajadores.
Lash de la Fuente, ante su temor, desde hace meses “blindó”, las instalaciones de la JAD en la planta 1, con cámaras de video, guardias de seguridad y la negativa de acceso a las instalaciones se volvieron común y se intensificaron en los últimos días.
Caso Miguel Angel
Miguel Angel Olivares Hernández, trabajador de la Junta de Aguas y Drenaje (JAD) ante la falta de equipo para introducirse a un drenaje, agarró su pala y fue a buscar el problema en uno de los drenajes más importantes de la ciudad, los que protegen el área urbana del Río Bravo.
Con 39 años de edad y ya con suficiente experiencia en ese tipo de casos, le preguntó al supervisor de seguridad que los acompañaba si era prudente introducirse sin equipo al ducto, el supervisor dio el visto bueno.
Era la tarde del 5 de junio, amenazaban lluvias de una perturbación tropical en el golfo, la amenaza de que las lluvias hicieran crecer el río y el riesgo de que se desbordara era una amenaza.
Por eso acudieron a diversos drenajes para tratar de dejarlos despejados, antes de que se presentaran las primeras lluvias.
Con pala en mano y por el calor, sin su camisa celeste del uniforme, bajó al ducto a hacer su trabajo, cada cierto tiempo su compañero “fajinero” le habla. Al principio todo iba bien, pero después de media hora Miguel Angel dejó de responder los llamados de su compañero.
Ante la alerta decidió llamar a los servicio de la Cruz Roja, que en aproximadamente 5 minutos llegaron al lugar y al darse cuenta de las circunstancias, decidieron equiparse con tanques de oxígeno y máscaras.
No tardaron mucho en encontrar el cadáver de Migue Angel recostado sobre su costado, con su pala, el gas metano acumulado en la alcantarilla lo había adormecido hasta matarlo.
Los socorristas lo sacaron rápido y ya en la superficie le dieron los primeros auxilios, pero ya no había nada que hacer, había pasado demasiado tiempo y no pudieron reanimarlo.
Pese a todo, el grupo de trabajadores de la JAD, mencionó que hasta el momento no les han hecho caso, a la demanda de los deudos de Miguel Angel, mientras que Marcos Leal, no ha podido resolver el conflicto que se suscitó desde hace varias semanas, sencillamente porque obedece más a Lash que al gremio que representa.