* El historiador y cronista de la ciudad, Clemente Rendón de la Garza recuerda las leyendas de los barcos alemanes, del Washington y los barcos con oro y plata
Jorge Caleb
El cronista de la ciudad, Clemente Rendón de la Garza “desmenuza” la historia de la Playa Bagdad…
“La playa se conocía primero como la Playa Matamoros, pero allá por los años 30, encalló un barco que se llamaba Washington y las personas comenzaron a decir ‘vamos a la playa a ver el Washington’, que a raíz de eso, se le conoció como playa Washington y hablamos de allá por los años 50 a los 60”.
Sigue: Después se le puso como Lauro Villar, que había muerto en mil 923 y 50 años después se trajeron los restos a Matamoros en el 73 y como estaba de moda se le puso el nombre igual a la Avenida Lauro Villar.
Pero cuando Jorge Cárdenas González fue presidente por primera vez, decidió que se le pusiera un nombre más turístico y entonces es que le ponen Bagdad.
–Pero porqué Bagdad, se pregunta el cronista y el mismo se responde—
“Porque en la desembocadura hubo un puerto que así se llamó, pero nadie sabe por qué a ese puerto le pusieron Bagdad, verdad, pero la más socorrida versión es que las dunas de esa zona y la arena casi sin plantas, se parecen al desierto de Asia, Bagdad esta en medio de 2 ríos, el Nilo y el Eufrates, y este sito estaba entre el río Bravo y el San Fernando.
“La que a mí más me gusta es que Bagdad significa regalo de dios en Arabe, y como antes había abundante cacería y pesca, con agua dulce, entonces era como tener un regalo de Dios, en esta parte de la playa”, expresa Rendón de la Garza.
De allí derivó lo del puerto muy famoso y que los confederados en la guerra civil de los Estados Unidos lo usaron como puerta trasera para importar y exportar, prosiguió el cronista de la ciudad.
“Fue muy famoso y llegó a tener hasta 15 mil habitantes e incluso se independizó como municipio, pero luego de 2 ciclones en mil 867 lo destruyeron casi totalmente, se acabó el negocio de la exportación e importación y se fue para abajo, pero quedó esa leyenda”.
Todavía hay mucha gente que va a la zona y se han encontrado con objetos de metal, pero eso está prohibido, pero bueno hay quien lo sigue haciendo.
Clemente Rendón mencionó también que la cuestión es que los nombres que ha tenido. Nosotros sugerimos que como son 80 kilómetros de playa hasta las escolleras, pues que se le pusieran varios nombres, como en otros estados costeros.
La leyenda de los submarinos alemanes
“La playa se sigue llamando Bagdad, pero una de las anécdotas que a mi más me impresiona es la de que en los años 40, se iban a la playa a ver submarinos alemanes de los que se veían los periscopios”, narra Clemente Rendón Garza.
Pues resulta que en las noches se venían en unas balsitas, porque estaban ansiosos de estar en tierra porque tenían meses de estar en el agua, compraban cosas que necesitaban, agrega.
“Ya sabemos que en mil 943 aquí en el golfo hundieron 4 barcos mexicanos los submarinos U2 alemanes, pero cómo era posible que vinieran desde Alemania”, dice.
Y vuelve a responderse él mismo:
“Pues resulta que estos submarinos traían también un buque cisterna que era el que los alimentaba, con máquinas diesel”.
Esta versión es creíble porque hay un libro muy famoso de Mario Moya Palencia que se llama “Mexicanos al Grito de Guerra”, en donde el entrevista a 2 capitanes de esos submarinos que explicaron cómo le hicieron, añade.
Por eso México entró a la Segunda Guerra Mundial, al declararle la guerra a los países del eje que eran Alemania, Italia y Japón.
Recordó que a los soldados mexicanos que los mandan a la guerra son el famoso Escuadrón 201, al pacífico. Ellos se entrenaban en Harlingen, pero los fines de semana venían a Matamoros.
“La cuestión es que hay muchas leyendas de la playa, unas que pueden ser ciertas y otras no, pero la verdad es que tenemos una playa extraordinaria, con riqueza en pesca, agua, de manera que por ejemplo que quisiera Nuevo León tener un kilómetro de playa, nosotros tenemos 100 y no hemos sabido aprovecharla”.
Rendón de la Garza sostiene que ahora que supuestamente se ha descubierto que hay petróleo, la verdad es que no se necesita ni ser ingeniero, porque si uno pasa el paralelo 26, a territorio de Texas y esta lleno de plataformas pues entonces si hay de aquel lado, hay de este lado, explica.
El barco Washington
“Lo del barco Washington que era un barco mercante, se decía que encalló como a unos 500 metros al norte de la enterada y a unos 50 metros del agua”, recuerda Clemente Rendón.
“Todavía yo me acuerdo que de niño, se veía un anuncio de que allí estaba el barco, porque quedaron unas plataformas que tenía unas cosas que eran como tachuelas, no se veían pero se pisaban”.
Por mucho tiempo quedó ese anuncio. El barco se hundió a finales de los treinta o principios de los cuarentas.
Y remata:
“Lo que si es cierto, es que desde los tiempos del conquistar Hernán Cortez, la ruta que se usaba de regreso para ir de Veracruz a la Habana Cuba era venir pegado a la costa y en la desembocadura del Mississippi, hacían una curva para entrar por el norte de Cuba, entonces todos esos barcos y virreyes y soldados pasaban por enfrente del mar territorial de Matamoros.
“Entonces en mil 554, 3 barcos fueron desmantelados porque una tormenta tropical los hizo encallar.
“Hay toda una historia de cómo ellos trataron de irse a píe, pero los indios los fueron matando y al final, uno de ellos, un sacerdote quedó vivo y pidió que lo enterraran, pero se restableció, era Fray Marco de Mena y es el que cuenta de los barcos.
“Vienen unos barcos y en una draga le pega a un barco y comienzan a sacar plata y oro, luego mucha gente encontraba objetos. En el museo Corpus Christie, se exhiben muchas cosas de lo que se encontraron, los lingotes de plata eran como platos y a mí me tocó ver algunos”.