Julio Almanza no olvida la muerte de su amigo Lauro Aquiles (Video)
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*En la época de los narcosatánicos, uno de sus miembros lo mató de 12 balazos
*La historia de un beisbolista exitoso que terminó en tragedia, “por un pleito de cantina”.
Alejandro Mares Berrones
Lauro Aquiles Martínez Macip era un beisbolista hasta su niñez y parte de su adolescencia, pero hasta los 16 o 17 años fue el “cácher” titular de varios equipos de beisbol, desde la pingua, pequeña y la poni, como se les denominaba a las categorías de beisbol conforme a los años, en la Liga pequeña de la Matamoros.
En julio de 1988, “en un pleito de cantina”, como lo cuenta Julio Almanza Armas, su gran amigo, fue asesinado de 12 balazos, por “El Duby”, un miembro de la secta denominada “Narcosatánicos”.
Lauro Aquiles, era de las familias que venían de Puebla, familiares de los Martínez Villar.
Don Lisandro Martínez Espinoza fue quien lo trató como un hijo, pero en realidad era su abuelo y a la muerte del señor Lisandro, Marte Aquiles Martínez García, fungió como su padre, quien en realidad fue su progenitor biológico, así lo aclaró en entrevista Julio Almanza Armas.
Después las cosas cambiaron. Era otro joven que le tocó la vida de los ochentas, la vida social de los fines de semana, las fiestas y el reconocido “vamos a dar el rol” un recorrido por la venida Alvaro Obregón o la avenida de las Rosas, 2 de las principales vías de la colonia Jardín.
Solo consistía en recorrer ambas avenidas y en ocasiones estacionarse para ver el desfile de vehículos, a veces, convivir con los “Springbrekers”, los jóvenes adolescentes que venían de los Estados Unidos a pasar sus vacaciones, eran otros tiempos.
Lauro Aquiles que ya gozaba de buena fama como “cácher”, que había sido, sus pleitos callejeros y el poder de su mano derecha, eran legendarios allá por la colonia San Francisco.
Pero todo eso acabó con el surgimiento de la temible banda de “Los Narcosatánicos”, que se dedicaban al trasiego de droga a los Estados Unidos de Norteamérica, el secuestro, ajuste de cuentas y los ritos a satán para que les diera protección, riqueza y poder.
El error de los narcosatánicos, fue haber secuestrado y matado a un joven norteamericano, que estaba de vacaciones en esta ciudad. Eso detonó un escándalo policiaco que aún es recordado allende de esta ciudad.
Los recuerdos
“Lauro era como el ángel de todos nosotros los que nos juntábamos como amigos, toda una generación, éramos jóvenes en los ochentas, el tenía 21 años y yo 20, él vivía en lo que es ahora el Colegio México, allí tenía Lauro su casa, estudió en la primaria 20-30, y la secundaría en la Técnica 68, y era un gran beisbolista, pero lo buscaban mucho para pelar con él, su mano derecha era una manopla, él no era busca pleitos”… así lo recuerda el presidente de la Federación de Cámaras de Comercio de la zona norte del país, Fecanaco, Julio Almanza Armas.
Desde su oficina, no puede evitar un gesto de tristeza cuando recuerda a su gran amigo Lauro Aquiles.
“Yo y él iniciamos un negocio de abarrotes que lo denominamos ´El Portal´, de allí nació una entrañable amistad”, asegura.
Su muerte fue un hecho muy lamentable, un pleito de cantina, de jóvenes que a falta de madures, generaba problemas, considera.
“Fue una riña, afuera de un bar sobre la avenida Alvaro Obregón, El Sombrero, fue un fin de semana de julio de 1988, ya pasaron más de 30 años”.
Julio Almanza comienza a recordar con nitidez lo que pasó entonces.
“Se generó un pleito de cantina, donde por desgracia salieron las armas a relucir, con los resultados que ya sabemos”.
“Si, fue uno de los grandes amigos míos, a los 20 años. No es un recuerdo muy agradable todo lo que pasó.
No se agarraron a balazos, más bien, surgió este pleito y salieron las armas a relucir, continua Julio Almanza.
— Hay un corrido que dice que recibió 12 balazos
— Bueno no fueron 12 en realidad, fueron solo 9, pero hay muchas versiones al respecto, El Duby lo agarró por la espalda, le disparó con una pistola calibre 10 milímetros, después de que acabe su proceso en prisión, tiene pendiente el crimen de Lauro Aquiles.
Era un arma que estaba muy de moda en aquella época, solo la usaban los soldados y los policías de Estados Unidos de Norteamérica esa arma la portaba Alvaro Darío de León Valdez, conocido como “El Duby”.
A la postre, El Duby formó una banda, “Los Narcosatánicos” que fue reconocida a nivel internacional, por un asesinato, hecho que fue todo un impacto mediático.
“Nosotros ya conocíamos algo de los narcosatánicos. Eran jóvenes que no se comportaban de manera normal, como todos en aquel tiempo. No andaban bien y se supo hasta que surgió lo de El Rancho Santa Elena”.
La historia surge después de que en su oficina, una foto de la pared, se aprecian Julio y Lauro Aquiles abrazados.
— Dice el corrido que te comento, que Lauro Aquiles ya caído todavía disparo con su escuadra y alcanzo a matar a uno de los que acompañaban al Duby.
–Fue una situación de muchas versiones como todo, incluso se dicen que fallecieron, 2 ó más personas.
“Aquí por eso tengo en mi oficina a mi compadre y a mis familiares, pero si como dice el corrido, yo siempre lo llevo en mi corazón a mi compadre”.
El corrido lo escribió Reinaldo Martínez “El Gallero” que es de Reynosa, nos conoció a todos en una fiesta de los que eran antes los propietarios del pollo Buenos Aires, Glafiro Valle, allí en la Sexta.
“El Gallero me dijo un día te voy a regalar un cheque al portador y fue este corrido para mi amigo Lauro Aquiles, en principio lo iban a grabar Los Cadetes de Linares, pero el Gallero me dijo, nombre mejor se los voy a dar a Carlos y José ellos ya están por grabar y fue Carlos y José quienes lo cantan”.
El Gallero fue quien también hizo el corrido de Gerardo González, en etapas diferentes y a Lauro Aquiles le gustaba el corrido del Federal de Caminos que también lo hizo el Gallero y que casualidad Gerardo González era tío de Lauro Aquiles.
—El corrido dice: “voy a cantar un corrido que traigo dentro del alma, para recordar a un amigo que fue un gallito de traba.
“En Matamoros nacido, Lauro Aquiles se llamaba, lo asesinaron un día allí afuera del Sombrero, para quitarle la vida 12 balazos le dieron.
“Los cobardes le temían, le tiraron y corrieron, ya heridos les contestó haciendo uso de su escuadra, a uno de los 3 mató, mientras otros se fugaban.
“Casi muerto les tiró, mientras la vida se le escapaba, con tristeza lo recuerda Julio Almanza y los demás aunque quieran no se olvidan de aquella noche fatal.
“En las que perdió la vida un hombre de carta cabal: le decía a los amigos, vamos a escuchar corridos, porque la vida se acaba.
A Julio Almanza se le corta la voz y rememora:
“Eso fue en el 88 (1988) pero déjame decirte que Lauro era una gran persona, un gran amigo, no era buscón ni nada, pero los otros jóvenes por su fama venían a buscarlo.
“El llevaba su estadística, 176 nocauts y 9 mandíbulas quebradas, de los que había vencido, su derecha era muy fuerte, por eso fue famoso.
“Muchos de los que venían a buscarlo para retarlo a golpes, eran nuestros amigos, pero querían pelear con él por el simple reto…
“El era como el ángel de todos nosotros los que nos juntábamos como amigos, toda una generación, éramos jóvenes en los ochentas… así lo recuerdo”.