“La Ciudad Judicial”, un símbolo a la corrupción, a la que Cabeza de Vaca le sacó la vuelta

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A 2 años de inauguradas por el gobernador, la Agencia Antisecuestros y el C4, ya sufren daños por la mala construcción de la obra

Y por si fuera poco, a la Unidad Antisecuestros se le cae el cielo con un simple “vientecito de cambio” y al C4 le crece el polocote, además de las pestilentes aguas puercas en su entrada principal.

Alejandro Mares Berrones

H. Matamoros, Tampas.- En agosto de 2017, el gobierno municipal que encabezó Jesús de la Garza Díaz del Guante, dijo que para octubre de ese mismo año, el complejo de seguridad conocido como “La Ciudad Judicial” ubicado por el Libramiento Emilio Portes Gil, muy cerca del Parque Industrial las Ventanas, cuyos inversionistas principales son Ramiro González y el ex alcalde Alfonso Sánchez Garza, quedaría concluido.
El gobierno de Chuchín dijo que ese edificio continuaba en construcción y que albergaría todo el Sistema del C4 y a la policía y que todo el aparato judicial del estado en la ciudad operaría desde ese lugar.
“Se tendrá un mayor control sobre la vigilancia, 200 cámaras operarán en la ciudad”.
Todo eso solo fue un cuento de hadas, pues al terminar Egidio Torre Cantú, su corrupto y gris sexenio, el nuevo gobernador panista, le sacó la vuelta a la obra y cobijó la corrupción de Egidio con el manto de la protección institucional.
En marzo de 2018, el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, en vez de seguir los trabajos de lo que sería “La Ciudad Judicial”, prefirió irse con un nuevo proyecto e inauguró el edificio de la Unidad Especializada en la Investigación y Persecución del Delito de Secuestro, lo que acá en Matamoros se conoce como Agencia Antisecuestros, así como el edificio del Centro de Control, Comando, Comunicación y Cómputo, el famoso C4.
Ese complejo de “seguridad”, que de seguridad no tiene nada, se encuentra al oeste de la ciudad, en lo que se conoce como el Fraccionamiento Fidel Velázquez; a dos años de su inauguración las paredes ya están cuarteadas y los cielos falsos con el primer ventarrón, con el primer “viento de cambio” se han venido abajo…
La entrada a este complejo, apesta horrible, el drenaje fluye en su acceso principal, solo un letrero que marca la velocidad de 30 kilómetros por hora se distingue correctamente.
Así como una gruesa lamina, a manera de espectacular que dice que ese edificio incluye las áreas de monitoreo, operaciones, atención telefónica, soporte técnico, área de descanso, comedor, estacionamiento y servicios sanitarios…
Una leyenda que reza:
“Este programa es público, ajeno a cualquier partido político…”, sin embargo, el edificio se encuentra pintado de azul, del color del Partido Acción Nacional.
Y remata: “Construyendo Tamaulipas” y el logo del GobTam.
Las paredes se observan cuarteadas, el polocote incluso ha crecido en el interior de ese edificio, un perro es el único guardián que se observa en el estacionamiento, pero está dormido.
Este edificio, el C4 y la Unidad o Agencia Antisecuestros, son parte del Sistema Estatal de Seguridad Pública.
Se suponía que con la construcción de este edificio cuyo personal y tecnología contribuirían a reducir los delitos de alto impacto y a recuperar la paz y el estado de derecho en Tamaulipas, la verdad es que es todo lo contrario; la obra fue construida con muy mala calidad.
Se dijo que la construcción de la Unidad Especializada en la Investigación y Persecución del Secuestro requirió una inversión de 22 millones 544 mil pesos. Cuenta con 2 Agencias del Ministerio Público, ludoteca, sala de atención psicológica, dormitorios, cámaras de Gesell, entre otras instalaciones y se previó una inversión adicional de 3 millones de pesos para realizar trabajos de actualización de tecnología de voz y datos.
Para el edificio del Sistema Estatal de Seguridad Pública (C-4), fueron invertidos 28 millones 690 mil pesos. La obra está construida en una superficie de 965 metros cuadrados y cuenta con sala de espera, recepción, salones de monitoreo, atención telefónica, entre otras áreas funcionales.
Al final se dijo que la inversión total de esta obra rebasó los 32 millones de pesos; una fuerte inversión para que ahora las paredes se cuarteen y los cielos falsos con un simple vientecito se vengan abajo.

“La Ciudad Judicial”, otro elefante blanco

Eso no es todo, aun costado donde se construyó la Unidad Antisecuestro y el C4, se suponía que se iba construir lo que se conoce como “La Ciudad Judicial” de Matamoros, un complejo que albergaría a todo el poder judicial del estado en la ciudad, situación que ahora da pena ajena, pues al igual que el nuevo Hospital General, este todavía sigue en obra negra…
Es un elefante blanco que data desde los gobiernos de Eugenio Hernández Flores y del corrupto Egidio Torre Cantú, este último protegido por Cabeza de Vaca, pues no lo ha tocado ni con el pétalo de una rosa, pese a que estos edificios son monumentos a la corrupción y a la corrosión que acaba con ellos.
La barda perimetral del Complejo, que colinda con el Libramiento Emilio Portes Gil, se vino abajo, las varillas de esos muros que nunca han sido levantados ya se encuentran llenos de corrosión, la plancha, o sea lo que sería el zócalo de “La Ciudad Judicial” se ha partido y cuarteado…
Se supone que en ese complejo inconcluso y en obra negra, se estarían instalando todo el aparato judicial; las salas de juicios orales, la que hoy se construyen en los Juzgados Civiles de la calle 21 y González, también serviría para que instalaran las agencias del Ministerio Públicos, los Juzgados Penales y todo lo referente al poder judicial…
Si bien es cierto, el gobierno de Cabeza de Vaca no fue el iniciador de este complejo judicial, si es el cómplice de gobiernos corruptos como el de Egidio Torre Cantú, pues a este ex gobernador no lo ha llamado a cuentas por esta obra inconclusa, que también está mal construida, pues la levantaron con simples bloques, y no con paredes de concreto…
Si algún día, llegaran a concluir esta obra, que clase de seguridad tendrían jueces, oficinistas, litigantes, policías investigadores…
Un pared de block no contiene los rafagazos de una Cuerno de Chivo, en caso de un ataque, como sucedió en los Juzgados Civiles, donde trataron de rescatar a un delincuente, cuando lo llevaron a las salas de juicios orales que allí se encuentran y que deberían estar separadas a la rama penal y no a la civil.