La frágil mayoría de morena y PT en el Congreso local

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Por Oscar Díaz Salazar

En el sistema político mexicano, en nuestro régimen presidencialista, el poder que (casi) todo lo puede, es el ejecutivo; el judicial también tiene su parcelita, y el que menos puede, el más frágil, es el poder legislativo.
El diseño institucional ha colocado a los miembros del poder legislativo, a los diputados (y senadores) en una posición de desventaja, en una circunstancia de fragilidad, respecto a los otros poderes.
Los (relativamente) bajos salarios y ese calendario y horario laboral, que los reúne por muy poco tiempo en unos cuantos días, son factores que abonan a la debilidad del poder legislativo.
En algún momento escuché que los diputados de Tamaulipas son los que menos ingresos perciben, comparados con sus pares, los legisladores de las otras entidades federativas. También supe de un político de apellido Guevara, oriundo de Tula, Tamaulipas, que hizo larga carrera legislativa, alternando su presencia en el Congreso del Estado de México y en la Cámara de Diputados, y que prefería ser legislador local, pues ahí eran mejores sus ingresos.
De ese sistema de «periodos ordinarios» de sesiones, que tuvo justificación en los tiempos en que se dificultaban las comunicaciones y se hacían varios días para viajar a sitios donde hoy se llega en menos de 8 o 10 horas, hoy solo queda la intención de mantener en receso a los diputados para que no tomen conciencia ni hagan uso de su poder.
En ese mismo tema de los horarios y calendarios de trabajo en el Congreso del Estado, es oportuno mencionar que los diputados locales ni siquiera se reúnen dos días a la semana, como lo hacen los diputados federales, limitando sus quehaceres a una sesión semanal durante el breve periodo de sesiones ordinarias.
De esa debilidad de los diputados locales, se valen los emisarios del poder ejecutivo o gobernador para doblegarlos, para comprarlos con compensaciones, bonificaciones, pagos extras, atenciones, y eso cuando los alinean por las buenas, porque en este juego se aplica por igual el garrote o la zanahoria.
Por eso es que los jerarcas del PT y de morena, deben cuidar muy bien a sus diputados locales, para que no les ocurra lo mismo que pasó en la actual legislatura, en la que sus diputados dieron el bochornoso espectáculo de aprobarle todo al gobernador e incluso tuvieron el descaro de llamar a votar por los candidatos del PAN.
Esa tarea se refaccionar a los diputados, de atenderlos, de apapacharlos, de ayudarles con sus gastos de representación, apoyo logístico, pago de viáticos, apoyo para atender oficina, pago de asesores, etc., puede estar a cargo de los presidentes municipales. ¿Que no debe hacerse? Pues se hace, hoy a cuenta del erario estatal y por eso es que los diputados obedecen al gobernador y no a los intereses de su partido y mucho menos de sus electores.
Esos temas no se «arreglan» solos. El señor Francisco N ya sabe cómo convencer a los diputados opositores. Y en morena y PT no se ve quien se esté haciendo cargo de operar esto, de empatar a padrinos (alcaldes) con ahijados (diputados), de prepararlos para el debate, de organizarles la agenda legislativa, etc.
Veremos muy pronto si en los hoy diputados electos aplica esa máxima franciscana que reza «ni me doblo, ni me vendo»