Los cárteles de la droga controlan parte del territorio de México: Antony Blinken

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Agencias

El secretario de Estado de EU afirmó que la administración de Joe Biden “seguramente consideraría” colocar a los grupos criminales mexicanos en su lista de organizaciones terroristas internacionales.

 

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En medio de una serie de señalamientos y respuestas entre actores políticos de Estados Unidos y el presidente Andrés Manuel López Obrador, el secretario de Estado Antony Blinken, sostuvo hoy ante una comisión del Congreso que los cárteles mexicanos controlan una parte del territorio nacional y que la administración de Joe Biden “seguramente consideraría” colocar a los grupos criminales mexicanos en su lista de organizaciones terroristas internacionales.
Preguntado, durante una audiencia, si los “cárteles de la droga” controlan partes del país, Blinken aseveró que “sería justo decir que sí”; tras recalcar el problema de inseguridad en México y afirmar que los mexicanos son las principales víctimas de la misma, reconoció que las políticas de combate al tráfico de fentanilo “deberían hacer más, deberían ser más efectivas”.
El senador que le preguntó, el republicano Lindsey Graham, aprovechó entonces la hesitación del responsable de la diplomacia estadunidense para preguntarle: “Cómo ve esta idea: ir a la raíz del problema y declarar a los cárteles de la droga organizaciones terroristas bajo las leyes de Estados Unidos, ¿Lo consideraría?”
“Sí, lo consideraríamos por seguro”, respondió Blinken.
 
Esta afirmación revive el problema candente en la relación bilateral entre México y Estados Unidos, pues la opción de colocar a los grupos criminales mexicanos en la lista de organizaciones terroristas implicaría un cambio de las instituciones a cargo del combate a las drogas –de la DEA, pasaría a la CIA e incluso al Ejército–, y abriría la puerta a una intervención militar en México.
Hasta el momento, esta opción había sido esbozada por una minoría republicana, con fines electorales, pero el presidente López Obrador había rechazado de manera tajante la posibilidad de que ello suceda. Afirmó que esta decisión dañaría de manera profunda la relación bilateral, pues representaría un ataque a la soberanía de México. Todavía en su concentración del pasado domingo 18, López Obrador declaró que México “no es colonia ni protectorado de Estados Unidos”.
La relación bilateral se encuentra en un momento tambaleante. El pasado fin de semana, el Departamento de Estado publicó su informe anual en materia de derechos humanos, donde señaló una serie de violaciones graves en México –entre otros por policías y soldados–, y criticó los ataques contra la libertad de expresión.
Irritado, López Obrador acusó que el informe estaba lleno de mentiras, y que era parte de la política intervencionista de Estados Unidos en el mundo, mejor conocida como doctrina Monroe.