Por Salvador García Soto
En horas finales de estas elecciones, previo a los cierres de campaña de mañana miércoles, aumenta la presencia de una nociva fauna política eufemísticamente llamada “operadores electorales”, conocida popularmente como mapaches. Todos los partidos, especialmente los que llegan en desventaja a la recta final de estas contiendas, sacan a las calles en estos momentos, auténticos ejércitos de delincuentes electorales, con la desesperada misión de ganar ilegalmente los votos que no pudieron convencer en las campañas. Y para lograrlo actúan de las formas más ilegales y creativas posibles: desde comprar sufragios con el reparto de dinero ilícito (500, 1 mil y hasta 5 mil pesos) y boletas previamente marcadas que los votantes deben sustituir por las que les darán en la casilla y depositarlas en la urna, el robo de paquetes electorales que están siendo enviados a las secciones y centros de votación, hasta la recolección obligatoria o pagada de credenciales de elector para realizar manipulaciones electorales el día de los comicios.
Los reportes abundan y los mapaches actúan a veces de manera subrepticia y otras cínicamente y a la vista de todos. Los hay tricolores, amarillos, azules, naranjas, turquesas y hasta magentas. Se mueven por colonias, carreteras o caminos rurales, casi siempre en las zonas más pobres y marginadas donde están sus “víctimas-beneficiarios-objetivos”. Trabajan con copias certificadas del padrón electoral que les dan sus partidos y portan también listados nominales con los que identifican, con datos y direcciones, a los votantes más pobres y susceptibles de “vender” su voto.
Así, en Yucatán, una mujer con el nombre del candidato del PRI a gobernador, Mauricio Sahui, bordado en su camisa, es grabada en video mientras les explica, con lujo de detalle, a los “líderes de colonias priistas” cómo deben depositar en la urna la boleta cruzada que les está entregando y a cambio ir a darle a ella la boleta en blanco para que les puedan pagar el precio convenido. “No se olviden que esto que harán es un delito electoral, a ustedes que son operadores nuestros nosotros podemos protegerlos, pero a la gente que lleven ustedes no. Así es que sean muy cuidadosos”, les dice la mapache del PRI yucateco.
A otros mapaches, estos de color amarillo, los agarraron ayer en el municipio de Los Reyes, en Michoacán, donde vecinos del lugar aseguraron una camioneta pickup blanca placas MU-7439-W, en la que varios sujetos llevaban propaganda del PRD junto con sobres amarillos con mil pesos cada uno y un listas con un “formato para reclutar promovidos”. La policía municipal llegó a asegurar la camioneta y su contenido, luego de que ciudadanos se enfrentaran con los “operadores” perredistas que recorrían sus colonias comprando votos.
En Tecámac y otros municipios del Estado de México, vecinos de esa zonas reportaron a esta columna que operadores del cacique priista y actual alcalde con licencia, Aarón Urbina Bedolla y del alcalde en funciones Rafael Ramos, “están sobornando a la gente para que voten por Meade”. Afirman los testimonios por correo y en video que primero les dieron 1,000 pesos y una despensa a cambio de que comprometan su voto y les prometen la entrega de “otros 5 mil pesos” a cambio de fotografías de su voto antes de depositarlo en la urna. Además les advirtieron a todos los “promovidos” que los tienen identificados con el folio de sus votos y que “se atengan a las consecuencias si no cumplen la instrucción”.
El pasado 15 de junio, en Nuevo Laredo, Tamaulipas, la fotografía de un hombre y una mujer que caminaban desnudos por la plaza Hidalgo, con el cuerpo pintado de azul y encima la leyenda en blanco “Dame tu IFE” y “Compramos votos en 500” se volvió viral en las redes. Se supo después que los dos sujetos eran “mapaches” del PAN que fueron detenidos por grupos del crimen organizado en una colonia de la ciudad fronteriza donde ofrecían 500 pesos a cambio de una credencial de elector para usarla en la elección del 1 de julio. Los que los detuvieron los desnudaron y les pintaron el cuerpo obligándolos a caminar desnudos por las calles.
Pero no todos los mapaches lucran con la pobreza; también hay “de cuello blanco” que operan en oficinas del gobierno, como en la administración federal donde varios correos de funcionarios de niveles medios denuncian presiones para que entreguen sus credenciales de elector a sus jefes inmediatos. Según correos recibidos de al menos tres funcionarios del gobierno federal que pidieron el anonimato, en distintas oficinas de secretarías y hasta en Los Pinos les solicitan entregar sus credenciales para votar con presiones y amenazas de que de no hacerlo les afectaría en su contratación. Según esas denuncias, desde la Secretaría de Hacienda se coordina toda una operación para presionar a los funcionarios federales a votar por los candidatos del partido gobernante.
Esos son apenas algunos de los casos captados por denuncias y notas periodísticas de los últimos días, pero seguro no son los únicos. Y surgen al menos dos dudas: qué tanto pueden influir esos intentos desesperados de “operación electoral” con mapaches y delincuentes electorales para inducir ilegalmente resultados el próximo domingo y ¿dónde están las autoridades electorales del INE y sus OPLEs para cazar a tanto mapache que anda suelto?