OPTIMUS

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Por: Jorge A. Pérez González

¿SABRÁ TATIANA CLOUTHIER?

Una apertura inesperada en el PRI de Matamoros de inicios del nuevo siglo, les brindó a los jóvenes la oportunidad de iniciar su carrera política, era el 2002, el PAN había triunfado en la obtención de la Presidencia de la República y había que explorar nuevos caminos para seguir conservando la voluntad popular.
Muy pocos lo entendieron a plenitud, la gran mayoría de la élite se opuso, pero ellos los jóvenes políticos emergentes supieron aprovechar la oportunidad para darse a conocer, para aprender a penetrar en la sociedad y para hacer valer el poder de su convocatoria, la fuerza de determinación pero también la vaguedad de sus principios.
Hubo quienes volaron alto y se mantienen vigentes, aunque eso sí, nunca voltearon para atrás, para devolverle a los jóvenes de las nuevas generaciones la oportunidad que ellos tuvieron de ejercer la democracia.
Resultó más práctico dejarse llevar, aprender del sistema y usarlo, olvidando el compromiso adquirido gracias a la oportunidad recibida. Es decir, su lucha democrática fue válida, mientras ellos llegaban a saborear las mieles del triunfo.
No todos claro, pues algunos ex jóvenes de Matamoros siguen luchando por la democracia, pero la gran mayoría han perdido el rumbo, presumiendo únicamente su lucha prestada, de cuando no pintaban canas.
Hoy voy a escribir de Carlos Antelmo Mora, un híbrido joven que llegó con muchas ganas de aprender a la mejor etapa de su vida, pero que la prisa le hizo perder la visión de futuro, la desesperación le hizo cometer errores catastróficos, aunque su labia le abrió las puertas necesarias para convertirse en alguien de bien.
En sus inicios su ambición de figurar lo llevó directamente a la cúpula del PRI, pero más tardó en llegar que en irse becado a la ciudad de los palacios, su habilidad fotográfica lo sumó de inmediato a los afanes de Andrés Manuel López Obrador y los jóvenes de entonces de esta ciudad, veían con curiosidad su cercanía con quien representaba la esperanza de un cambio verdadero.
Iniciaba la era del Facebook y las fotografías representaban una ventana a la visualización de un nuevo futuro, el demostró habilidad, recuerdo una imagen que me impactó, una catrina y al fondo difuminada la torre latinoamericana.
Recorrió Carlos la legua con su cámara al hombro, se relacionó con más actores políticos al final de la infructuosa búsqueda en ese entonces por el triunfo de AMLO y terminó en los brazos del Diputado Fernández Noroña.
Aprendió ahí bastante de lo que no debió aprender, pero fue su decisión y se respeta. Después el hambre lo hizo regresar al terruño, no tenía cabida en el PRI, por sus coqueteos con la Izquierda, pero el PAN le abrió los brazos y él se adjudicó el triunfo de Lety Salazar, consiguió lo que quería, un trabajo fijo, un presupuesto a modo y una visión distorsionada de las redes sociales.
No tuvo la oportunidad de sembrar, pues la ambicion una vez más lo cegó, la alternancia lo dejó por enésima vez acumulando resabios y de nada le sirvieron sus argumentos esgrimidos en las redes, pues lo que más invirtió ahí fue su dignidad aniquilada. Ya nadie le creía la transformación de izquierda, a derecha recalcitrante.
Después renació Morena y él puso a su servicio oportunamente las experiencias adquiridas en el PRI y en el PAN, sus resabios y rabietas fueron disfrutados por todos los internautas, la experiencia de crear
cuentas Trolls y Bots para las redes lo hicieron una vez más acreedor exclusivo del triunfo de la alternancia y su cercanía con la coordinadora general de la campaña triunfadora de AMLO lo hizo visualizarse como un ente con agallas y suficiente respaldo para buscar un cargo de elección popular.
Una vez más, mordió el polvo, ni siquiera apareció en los probables y sus antiguos compinches de CDMX le dieron la espalda, no me queda claro si renunció o lo corrieron del cargo en la presidencia municipal de Matamoros, pero lo que si me queda claro, es que una vez más recurrió a la traición para abrirse paso.
La palabra es un espejo que refleja el alma, hoy el susodicho presume de beca en la UNAM y ha emprendido una campaña de desprestigio contra su propio partido.
Lo curioso es que lo hace con la estrategia de los Pakos, quienes desde Gob Tam, desacreditan el trabajo periodístico, cuestionan la inversión en publicidad y descalifican con adjetivos duros el trabajo de la Prensa y la difusión.
La obviedad lo delata, el amigo de Baltazar (PRI), el antiguo colaborador cercano de Andrés Manuel (MORENA), el protegido de Noroña (PT), el colaborador de Lety (PAN), el consejero de la tía Tatis (Morena), el funcionario de Matamoros (Morena) sucumbió a los encantos de los Pakos (PAN) con tan mal tino, que se echó encima a toda la prensa de Matamoros, quien ahora se sentirá incomoda de no poder pavimentar calles, aunque si segura de asfaltarle su camino al fracaso.
La pregunta que flota en el ambiente es: ¿LO SABRÀ TATIANA CLOUTHIER?
Jorge Alberto Pérez González
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