Por Jorge A. Pérez González
Pongámonos a Leer
No voy a escribir sobre el cierre de los puentes internacionales entre México y USA, pues es un tema muy similar al de la rifa del avión que no se va a rifar, pues en este caso, los puentes que se cierran no se van a cerrar. Es decir, con una restricción migratoria para viajes de placer, era más que suficiente la explicación, pero entiendo que esta no causa miedo ni temor psicológico. (Tampoco me convertiré en Chairo de las redes porque Ebrard le ganó a Trump, pues regularmente es exactamente al contrario.)
Me acuso de no llevar a cabo al 100% la convocatoria de #QuedateEnCasa pues mi trabajo es exactamente como el de los auxiliares médicos de la pandemia, tengo que salir ocasionalmente a enfrentarme a la realidad y mi aportación requiere de la retroalimentación suficiente y necesaria para que no me lo platiquen.
Pretendo pues, que mi letras cumplan en la psique exactamente la misma misión que cumplen los cordones sanitarios de GobTam, ellos reparten a los viajeros gotas de gel antibacterial para combatir el Covid19, mientras yo distribuyo palabras escritas que incitan a pensar.
Los médicos saben que de nada sirve ese Filtro Sanitario y yo entiendo que de poco sirven mis palabras. La epidemia es grande en ambos casos y los esfuerzos resultan infructuosos. Los virus llegan tarde o temprano a todos.
El Covid19 amenaza a México, nadie está exento de sucumbir a él. Los ataques a México son frecuentes y todos los burgueses asalariados sucumben diariamente vía las redes sociales.
Basta leer el artículo del New York Times, firmado por Viri Rios y titulado, “La élite económica que no lo es”, o ver la reseña en el muro de Facebook de Susana Prieto Terrazas sobre los acontecimientos en la maquiladora Tridonex de Matamoros Tamaulipas o mejor aún, asistir virtualmente por medio de Youtube a la conferencia del rector de la Universidad Iberoamericana en México.
El sacerdote Jesuita David Fernández Dávalos, quien es el rector de la prestigiada Universidad dictó una conferencia en la Iglesia de la Sagrada Familia en la Ciudad de México, donde cuestionó la actitud clasista asumida por la sociedad en nuestro país.
En ella sentenció claramente, “Hay un ataque de carácter clasista y permanente que se da en los terrenos ideológico, político y económico, para que el gobierno actual de México no tenga éxito…”
Si bien el rector, carece de habilidades en la oratoria, en sus palabras supo imprimir el sello humanista que caracteriza a los Jesuitas, pues con carga de religiosidad expuso la conferencia titulada: El compromiso de los cristianos en la coyuntura de México hoy.
Durante la conferencia el rector mencionó que esas élites no desaprueban del todo la política económica federal porque coinciden con ella en lo esencial, pues se están aplicando rigurosamente las fórmulas económicas tradicionales, pero sí reprueban las decisiones que tienen que ver con los proyectos de la Presidencia y que “Afectan los Intereses de los grandes capitales.”
Enumeró todos los temas por los que se protesta hoy en el país, que poco o nada tienen que ver con la educación cristiana, y fue contundente al consignar; “Las élites surgidas del Porfiriato, desde 1910, están siendo desplazadas del control político de México, mas no del control económico”.
Es decir, la pérdida de privilegios de unos cuantos, nuevos ricos, hacen que miles se conviertan en enemigos del progreso de la nación.
La crítica mayor se centró en esto: “La campaña emprendida por esos sectores para desacreditar, incluso, la calidad moral e intelectual de los 30 millones de mexicanos que hace un año votaron por López Obrador, a quienes definen como seres no racionales, sino manipulables, comprables, que sólo votan con las vísceras sin medir las consecuencias”.
Y agregó el Rector: “La reacción que han tenido estos grupos opositores es sostener que el triunfo de Andrés Manuel proviene de la decisión de no humanos, de los sin cerebro, de los incultos.” Aclarando que: “Es la reacción del miedo porque temen ser afectados, después de haber ellos afectado, y de maneras tan perniciosas, a los otros.”
El rector cree que, en su confusión, los opositores de derecha se han de preguntar: “¿por qué los que están para servirme, ahora me quieren gobernar?; ¿por qué ahora tengo que escuchar a los que debieran permanecer callados?”
No voy a editorializar sus palabras, ustedes amables lectores, pueden llegar a sus propias conclusiones, aprovechando estos días en que debemos estar recluidos la mayor parte del tiempo, dediquemos un poco de tiempo y PONGÁMONOS A LEER.
Jorge Alberto Pérez González
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