Por Jorge A. Pérez González
El Destierro
La ausencia de los besos va acabando poco a poco con el amor, la falta de abrazos va minando poco a poco el cariño fraternal, la usencia de neuronas va mostrando poco a poco la insensibilidad de la humanidad que da todo por hacer viral historias sin fundamento, mentiras y más mentiras se acumulan en las redes sociales tan solo por un cúmulo de “Likes”.
No hay manera de remediarlo, son efectos colaterales de la Pandemia del COVID19 y tendremos que soportarlo, al menos mientras esto dure, que al parecer va para largo y una estrategia recurrente será sin duda la victimización.
Cansados estamos ya de dudar de todo lo referente a la pandemia, la mayoría de los análisis están sesgados, un día las pruebas son mínimas y no reflejan la realidad, después estas pruebas se hacen dónde quieren que crezcan los números y más tarde se infla el número de fallecidos, no en la cantidad, porque eso no se puede, pero si en la estadística, pues no es lo mismo ver la cantidad de ellos que la proporción que representan por cada 100 mil habitantes.
La siembra de miedo persiste, los distractores se siguen utilizando y este año 2020 será un año perdido no solo en la economía, sino también, en el desarrollo intelectual de la sociedad.
Resulta preocupante que en Tamaulipas haya revivido el delito de Motín o Asonada, con meras intenciones políticas evidentes, un delito que nace en los levantamientos de marineros cuando consideraban que las condiciones laborales en el barco no eran las adecuadas ni bien remuneradas, para entenderlo debemos recurrir al año de 1797 y leer sobre dos barcos famosos uno denominado “Nore” y el otro “Spithead” de la Real Armada Británica para entender los motivos.
No me queda la menor duda de que alguien en la Fiscalía de Justicia de Tamaulipas ama la historia, la estudia y la aplica sin el menor rubor por los siglos pasados.
El delito encaja perfectamente en la visión histórica del poder, de la esclavitud y de la desfachatez para abusar de los que menos tienen.
En aquella época los motines terminaban siempre con el asesinato de los oficiales de los barcos, ahora, afortunadamente son solo funcionarios que recibieron gritos y encierro por unas horas, pero que ellos sintieron como agravio a sus castos oídos, a su facultad de traspapelar papeles y a su voluntad servil para con quien les paga.
Las razones para dejar en libertad a Susana Prieto Terrazas sin duda el tiempo las mostrará, fueron 22 días en la cárcel de Tamatán, sin libertad bajo fienza pues alegaban los fiscales que ella podía huir al estado de Chihuahua donde tiene su residencia, aunque curiosamente la sentencia es que se vaya de inmediato de Tamaulipas y a enfrentarse a una cárcel tan grande como su estado natal.
Fue desterrada pues, pena que desde la época de la inquisición no se aplicaba a nadie, (les digo que hay un fiscal que es ratón de biblioteca) y que por sus alcances sin duda será apelada, por la simple y sencilla razón de que resulta anticonstitucional.
España importó esta pena del Derecho Romano y se aplicaba regularmente a los bígamos y a los herejes, regularmente se utilizaba una isla para hacer valer la sentencia de destierro que podía ser por algún tiempo predeterminado o de por vida, según el ánimo del Tribunal, pues en aquellos años regularmente se desconocían los hechos. Ellos solo aplicaban sentencias, algo muy similar a lo ocurrido el miércoles en Ciudad Victoria.
El Tribunal del Santo Oficio en México en la época de la Colonia, tomaba con mucha seriedad su encomienda, pues lo hacían para evitar problemas de orden público que pudieran poner en riesgo la seguridad de la nación.
En el análisis, sin duda para lograr la libertad de la acusada, mucho tuvo que ver la carta enviada a Mike Pompeo por 50 Congresistas norteamericanos, misma que Optimus Informativo fue el único medio de comunicación que la publicó en todo México, cuya lectura entre líneas demuestra el interés supremo por mejorar los ingresos salariales de los obreros mexicanos y que además está contemplado en una clausula muy amplia del nuevo Tratado Comercial entre nuestro país, Canadá y los estados unidos de Norte América.
Mientras tanto ahí quedará, para vergüenza de la historia del Tamaulipas de este siglo XXI, la sentencia dictada por la Jueza de la Fiscalía del Estado, en contra de la Lic. Susana Prieto Terrazas, en la que además de las inconstitucionalidades, resalta la pena máxima que le impusieron, EL DESTIERRO.
Jorge Alberto Pérez González
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