El Juicio Mediático
Por: Jorge A. Pérez González
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Lo sucedido el miércoles en Houston debe de servir para la reflexión política en el país, desde el fin de semana anterior cuando la Fiscalía del Sur de Texas decidió afrontar en juicio secreto las acusaciones contra Tomas Yarrington, reconoció tácitamente que su expediente estaba plagado de mentiras.
Hoy deben de estar preocupados Marisela Morales, Genaro García Luna y Felipe Calderón, pues el gobierno de USA tiene en su poder los archivos que ellos tres les hicieron llegar como válidos y que los llevaron a iniciar un juicio que incluía delitos de alto impacto.
Aún quienes desconocemos los procedimientos legales, sabemos que las Fiscalías llegan a conclusiones e inician las demandas en base a los elementos probatorios con los que cuentan, debe de ser lastimoso para ellos saber que cayeron en el garlito que les presentaron las autoridades de otro país y que por ingenuidad y confianza tuvieron que tomar medidas que afectaron la credibilidad en su sistema de justicia.
Quienes conocemos a Tomas, sabíamos desde un principio que toda esa maraña de nexos con el narcotráfico no era más que una burda mentira montada por sus contrincantes políticos. Aunque sus amigos lamentamos que haya caído en la utilización de sobornos durante su mandato, mismos que a fin de cuentas lo privaron de su libertad y ya confeso, solo espera la resolución de la juez para saber de qué tamaño será la condena que tendrá que cumplir para resarcir el daño a la sociedad.
Quienes creemos en el servicio público como una misión y oportunidad, no concebimos que la corrupción toque a los gobernantes, pero como humanos sabemos que todos tienen la oportunidad de equivocarse.
Este caso se asemeja en mucho a lo del General Cienfuegos, pues con todo lo que implica nos queda claro que su detención en California obedeció a investigaciones hechas en México basadas en supuestos y llevadas a la DEA con clara instrucción de desestabilización del gobierno actual.
Las versiones de los sucedido en el juicio secreto afloran con rapidez en quienes se creyeron las burdas mentiras de su actuar en el gobierno, a Tomas ni le cambiarán su apellido ni se irá a vivir a un pueblo escondido de Norteamérica, pues la conclusión es falsa, el no pudo dar información de lo que no sabe y reconoció solo haber tratado de burlar el sistema de impuestos de los Estados Unidos, así que lo adquirido con esos recursos provenientes de sobornos de particulares, se quedará allá en pago por la comisión del delito.
Acá en México, sobre todo en Tamaulipas, quedará la frustración de quienes durante muchos años propalaron versiones sin sustento, denostaron la figura de un hombre por cuestiones políticas y se sumaron al linchamiento sin conocimiento de causa.
Otros, quienes analizamos e investigamos, tendremos un sabor de boca diferente, lamentaremos que haya caído en la corrupción pero mantendremos la tesis de que la corrupción no está asentada en el hombre ni en los partidos que representan, sino en el poder inconmensurable del que disponen.
Y aquí es donde viene la reflexión, pues en estos momentos sucede exactamente lo mismo, las autoridades actuales dirimen en juicio sumario y público el actuar del gobernador de ustedes, sumando diariamente acciones y propiedades encontradas a nombre de él y sus familiares.
Sin duda hay algo que soporta todo, pero lo publicado en redes e inclusive en audiencias del Congreso, obedece más a un linchamiento mediático que a la intención de obtener justicia.
Quienes vivimos en la frontera sabemos cómo funciona el sistema de viviendas en los Estados unidos y todas esas casas que se incluyen en las denuncias mediáticas no son más que créditos otorgados por la banca comercial americana, que fueron adquiridas con un enganche y pagos mensuales que al deshacerse de la propiedad ante un nuevo dueño ya no forman parte de su patrimonio.
La intención del gobierno federal no es lograr justicia, es la misma respuesta a lo que hicieron los gobiernos anteriores al frenar las aspiraciones de los contrincantes políticos.
Elementos tienen para actuar, la agonía durará lo que el gobernador de ustedes decida, ya le debe de quedar claro que lo que necesita hacer es solicitar licencia al cargo, pues de los implicados solo dos tienen fuero, el resto puede ser detenido y encarcelado en cuanto se agote la paciencia del poder.
Ahora ya todos sabemos el daño que puede hacer EL JUICIO MEDIÁTICO.
Jorge Alberto Pérez González