Por: Jorge A. Pérez González
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El espíritu pluripartidista va quedando poco a poco reducido a nada, la izquierda confundida ante las traiciones, no encuentra el modo de entender las intenciones que tienen algunos para aliarse en determinadas circunstancias con sus anteriores contrincantes.
El ejemplo más reciente en Reynosa, donde el candidato de MORENA a la alcaldía, será el hijo de 28 años de edad de la actual Presidente Municipal emanada del PAN.
Si la intención era convertir el agua en vino, tal vez escancien vinagre, pues junto con el desliz van aparejadas las verdaderas intenciones de la progenitora por convertirse en la sucesora de Cabeza de Vaca.
Para ella las siglas no importan, lo que realmente desea es llegar a Palacio de Gobierno y esta alianza contra natura, le puede dar la posibilidad, siempre y cuando ella entregue a MORENA la joya de la corona del antiguo Reino de Santander.
Y todo esto sucede mientras el Estado, atónito, espera que alguien haga una propuesta seria para salir del atolladero en que nos encontramos en materia de seguridad, con el gobernador de ustedes cuestionado, investigado, debilitado y según los cálculos al leer las notas nacionales, en vías de negociación para la graciosa huida.
Y los gringos felices mientras calculan el botín de los Moreira, perdón, los Cabeza, ellos seguirán recibiendo la droga necesaria para mantener tranquilos a sus “locos” y seguirán vendiendo las armas necesarias para defender a sus socios, mercando “por arriba del agua”, (pues las pasan flotando), las armas necesarias para que los insurgentes, (según Hillary en el 2010), sigan luchando.
La falta de congruencia con los principios ideológicos habrá de cobrar la factura a todos los partidos políticos, sus intenciones insanas de modificar resultados electorales con acuerdos alejados del espíritu colectivo, se enfrentarán tarde o temprano con la realidad que está tras bambalinas.
El ejercicio plural de la democracia debe de brindarle al pueblo las opciones necesarias para que, en la variedad de ideologías, escojan la que ellos, el pueblo, considere la adecuada para gobernar.
Las condiciones pueden ser diferentes de una elección a otra y en las variantes se puede encontrar la opción adecuada, pero si las fuerzas políticas se unen, solo con la intención de ganar y de aplastar al contrincante, el espíritu democrático se diluye, se atomiza y se consigue solo una menor participación ciudadana.
Las alianzas nos llevan irremediablemente al bipartidismo, cualidad norteamericana que permite asegurar que la balanza se mantenga entre la derecha progresista y la derecha conservadora.
La oligarquía mexicana, preocupada por su futuro y alejada cada vez más del pueblo, busca enfrentar los principios ideológicos para mantener con una u otra bandera a todos como siervos de la nación.
Si bien es cierto que el problema de México es de educación, mucho ayudaría el que la congruencia entre sus principios ideológicos y los postulados de los partidos se aplicaran desde sus máximos líderes.
Ahí está Reynosa como ejemplo, pero vienen más defecciones, en cada rincón de Tamaulipas muchas decisiones dependerán del factor económico, los poderes fácticos se moverán en pos del control y eso que es natural en la política, hará abrir los ojos a más de uno, pues el tema no es lo que buscan, sino COMO SE LA VENDIERON A AMLO.
Jorge Alberto Pérez González
