Por: Jorge A. Pérez González
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LA TRISTEZA
Por más esfuerzo que se hacen, resulta imposible borrar las crudas imágenes que recuerdan el holocausto de los nazis.
Tamaulipas es tierra de nadie por abandono oficial, por incumplimiento de contrato, porque no han sabido enfrentar con inteligencia el flagelo del crimen organizado, porque no han querido combatir con eficacia, a aquellos que hacen daño a la población.
Y dio la vuelta al mundo la noticia de los 72 migrantes fusilados en una bodega en el 2010, y nos avergonzamos todos, como si tuviéramos la culpa.
Los habitantes de San Fernando apesadumbrados, creyeron que, con ese indignante hecho las autoridades federales barrerían los ranchos y ejidos para tranquilidad de todos, no fue así y después aparecieron fosas clandestinas a unos cuantos kilómetros de aquella bodega. Qué ironía, el primer día después de tres de haberlos encontrado, las autoridades reportaron 59 cadáveres y después 13 más, otros 72 cadáveres, trasladados todos a Matamoros, apilados en camionetas como deshechos, sin dignidad alguna para aquellos que murieron sin saber por qué.
Para la PGR de entonces no existían las emergencias, tal vez por ello solo dos médicos forenses atendieron las necesidades de identificación de esos daños colaterales que para ellos no significaron nada e interesaron menos, pues no merecieron ni tan siquiera una bolsa negra, mientras permanecían dentro de un camión refrigerado.
La insensibilidad de la autoridad es tal, que se niegan a actuar con entereza para salvaguardar a la población, hacen a un lado el sentido común y aprovechan los foros para lucir verbalmente en conferencias virtuales sus logros en materia de seguridad, mientras su pueblo muere desangrado y los que quedamos morimos de vergüenza.
Se regodean invitando a todo mundo para que vean sus logros mediáticos, esconden las cifras reales, inventan otras y en las calles aparecen regados y desangrándose lo que tratan de ocultar.
Su incompetencia es tal, que disfrazan de sicario a todo aquel que muere por error en su táctica, por eso piensan que sus propias mentiras con creíbles, aunque las redes sociales los exhiban.
Son tan ingenuos, que no saben que tienen a los enemigos en casa y que ellos mismos se encargan de liberarlos, no saben que les vendieron un falso futuro a la población y además creen ir ganando la batalla, a costa de inocentes que tan solo salieron un sábado a trabajar, a comprar o a pasear.
Sigue Tamaulipas exhibido en el orbe como un pueblo bárbaro, como seres indignos de habitar este mundo, sin saber siquiera la calidad de gente que vive en San Fernando, su fortaleza y entereza para el trabajo y su dedicación y esfuerzo para producir mirando siempre al cielo en espera de las lluvias, ignoran el esfuerzo de los habitantes de Reynosa para convertir ese sitio en lugar privilegiado para el progreso.
La capital del empleo en el estado ya ha sufrido mucho, pero los últimos hechos no tienen parangón ni explicación alguna, salvo la política, esa que los exhibe a todos como lo que verdaderamente son, insensibles y mentirosos.
Y no se exime a ninguno, en los 3 niveles de gobierno hay una gran responsabilidad, su frialdad ante los acontecimientos los muestra tal cual son, seres ambiciosos de poder, que no merecen el reconocimiento de nadie.
La pena ya es mucha.
Hoy en Tamaulipas muchos volteamos la vista al cielo, esperando una señal divina, porque aquí en la tierra no hay respuesta de las autoridades elegidas para protegernos, y como no hay réplica, nos invade LA TRISTEZA.
Jorge Alberto Pérez González