Por más ajax, que se pongan, “Las Camelias” siguen con la cola sucia y hedionda

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*Héctor Escobar Hernández, padre de Héctor Escobar Salazar, “La Camelia Junior”, acepta que nunca ha pagado el predial del Colegio Oralia Guerra de Villarreal y de la Universidad Nuevo Santander, sencillamente porque no tiene escrituras, se han robado una calle y 7 mil 800 metros cuadrados de Equipamiento Municipal

*Nunca le han otorgado una beca completa a un hijo de obrero o trabajador, se han enriquecido con el Patrimonio del Pueblo de Matamoros; y ahora busca convertir a su hijo “La Camelia Junior” en diputado local, para que desde el Congreso del Estado mover los hilos para quedarse de forma legaloide con los predios hurtados, que dice se los “donó” el ex alcalde corrupto Ramón Antonio Sampayo Ortíz

Alejandro Mares Berrones

Héctor Escobar Hernández, osease «La Camelia que a Emilio mataba», ya abrió el “piquillo” al darle entrevista a un medio local, pero a El Norteño le sacó la vuelta, con gusto le daremos derecho de réplica si lo solicita y si tiene el valor moral y civil de hacerlo.
Para que demuestre que no ha usufructuado el Patrimonio Municipal de Matamoros para hacer negocio particular y familiar con el que se ha enriquecido, tanto él como su hijo Héctor Escobar Salazar, “La Camelia Junior”, virtual candidato del PAN a la diputación por el Décimo Distrito Electoral.
Y es que “La Camelia”, se quiere curar en salud, pero por más ajax que le pongan, la realidad es que se robó la calle Juan de la Barrera y 7 mil 800 metros cuadrados del área verde B del Fraccionamiento La Encantada, casi una hectárea completa que convirtió en su emporio educativo “Colegio Oralia Guerra de Villarreal/Universidad Nuevo Santander”, con el cual durante 22 años ha lucrado al grado de amasar una gigantesca fortuna.
“Una persona muy conocida de Matamoros, un hombre que ha impulsado la educación en Tamaulipas, es el profesor Héctor Escobar Hernández, papá del maestro, doctor Héctor Escobar Salazar, candidato del PAN a la diputación local”, así inicia la entrevista video de la revista Vertical que dirige el maestro Julio Alberto Rubio Pérez, que es pública en las redes sociales.
–Usted no ha pagado el predial en todo este terreno que usted tiene aquí, que era del municipio, pero que el municipio se lo donó, ¿cierto?
Y “La Camelia que ha Emilio mataba” empezó a patinar:
“Bueno, de una parte no estamos pagando predial, porque esa parte es donada por el municipio allá por el 92 o 94 (1992, 1994) y como falta la ratificación del estado y mientras eso no se dé no se puede pagar el predial, pero tenemos otros terrenos de los cuales si se está pagando el predial, que son los estacionamientos, el Jardín de niños, salud y odontología, todo eso se está cubriendo”.
Por eso ahora “La Camelia ” quiere convertir a su hijo Héctor Escobar Salazar, «La Camelia Junior» en diputado local, para que desde el Congreso del Estado poder hacer las mañas necesarias y de forma legaloide quedarse con el patrimonio de los matamorenses, ya tiene 22 años intentándolo pero los legisladores no se lo han aprobado, porque sería un acto criminal y sin escrúpulos.
–Originalmente a la Universidad de Matamoros, allá por 1988 cuando era presidente del Consejo de Administración del Ayuntamiento, don Fernando Montemayor Lozano, se le asignaron 10 mil metros cuadrados (una hectárea) y allí se asentó la Universidad de Matamoros, promovida por el legendario maestro Carlos García Morín, entonces de allí el maestro Héctor Escobar fundó la prepa Oralia Guerra de Villarreal, para que surtiera de alumnos a la Universidad de Matamoros, ¿Es cierto?, preguntó el maestro Rubio.
“La Camelia”, respondió:
“Así fue, en nuestros inicios, ese terreno, nosotros lo conseguimos, alumnos, padres de familia, promovimos ante el señor Fernando Montemayor Lozano, esa petición, que él nos concedió con la ayuda de los regidores del Sjoiim (Sindicato de Jornaleros y Obreros Industriales) en aquel entonces, la donación fue para construir allí una preparatoria y una sala de artes…
En la entrevista, “La Camelia”, aceptó, que le ganó el mandado a la Universidad de Matamoros:
“…y en aquel entonces era muy difícil que se construyera, porque la Universidad de Matamoros andaba muy errante, no tenían ningún terreno, ninguna construcción de ellos, entonces nosotros iniciamos la construcción de la preparatoria con recursos propios e
iniciamos las primeras aulas y tuvimos problemas para que nos dieran el recurso para pagarle a los maestros, nosotros solicitamos al gobierno municipal que nos separara de la Universidad de Matamoros y la verdad es que esto nos lo concedió el señor Sampayo”.
El corrupto ex alcalde panista, Ramón Sampayo se lo “donó”
En la entrevista que ya es pública, «La Camelia», reconoce que no paga predial, y que el cabildo en el trienio del corrupto exalcalde panista Ramón Antonio Sampayo Ortíz, le donó el área verde B, que comprende 7 mil 800 metros cuadrados de superficie, casi una manzana completa, del Fraccionamiento La Encantada.
–¿Ramón Antonio Sampayo Ortíz, pero esto fue hasta 1996?, preguntó el editor de Vertical.
Y “La Camelia”, reconoció:
“Así fue, allí se hizo la donación por acuerdo de Cabildo, se hizo una reconsideración de una primera donación (que le fue donada a la Universidad de Matamoros) y la verdad el acta de Cabildo yo nunca la vi, yo lo que vi fueron los planos”.
Lo curioso, es que a “La Camelia”, no le preguntaron, ni tampoco lo dijo, como fue que se quedó con la calle Juan de la Barrera, que precisamente pasa por las canchas de básquet y futbol, que presumió en la entrevista.
–Ok, ok, para retomar bien el asunto, eran 10 mil metros cuadrados y la Universidad de Matamoros se asentó en la parte Norte y la Oralia en la parte sur del terreno, cuenta la leyenda que cuando hubo ya diferencias con la Universidad entre López Zúñiga y Usted, cada quien se queda con esos terrenos, usted apoyado por Ramiro Salazar (diputado local de aquel tiempo), con Angel Sierra (diputado local de esas fechas), asesorados por el licenciado Francisco Márquez Cárdenas, que era el secretario del ayuntamiento, en la noche bardearon, hicieron una barda de un día para otro, ¿Sí?, fue otra de las preguntas.
“La Camelia”, aceptó que como vulgar y corriente delincuente, se apoderó de esos predios y prácticamente dijo que los que invadieron fueron los masones de la Universidad de Matamoros y de la calle Juan de la Barrera, como es “Camelia” no dijo nada:
“Pues una cerca, fue de una postería y la verdad que fue cuando nos pusimos de acuerdo y no estaba López Zúñiga, estaba David Islas Ugarte, era él presidente y llegamos a un acuerdo, en el sentido de que ya para acabar conflictos, ellos no tenían donde construir y nosotros les dijimos que construyeran en el terreno, dado que el terreno era muy grande y él construyó varias aulas dentro de ese terreno de la Universidad de Matamoros”.
–¿Ellos (Universidad de Matamoros) eran los que andaban itinerantes, ellos fueron los que invadieron?, preguntó el reportero
“La Camelia que a Emilio mataba”, se quiso sacudir las pulgas, para no echarse encima a los masones de la Universidad de Matamoros, y dijo:
“No les puedo llamar así, porque en algún momento se confundieron las cosas por el hecho de que la preparatoria de inicio nace como parte de la Universidad de Matamoros, pero nada más, como te dijera, en un documento que nosotros mismos obtuvimos, pero sin ningún apoyo y entendible que no nos pudieran apoyar, porque no se podían apoyar ni ellos mismos, no tenían absolutamente nada, entonces nosotros decidimos independizarnos, porque sentíamos que podíamos avanzar más y la prueba está con nuestra construcción”.
–¿Entonces ustedes se apoyaron en Emilio Villarreal Guerra?
“La Camelia que a Emilio mataba”, volteo la mirada al cielo y exclamó con hondo suspiro:
“La verdad, es que fue un apoyo moral”.
“Pero él sí habló, él sí intervino y usted acordó con su grupo de maestros en agradecimiento que le iba a poner el nombre de la mamá de él, Oralia Guerra de Villarreal”, preguntó el reportero.
“La Camelia que a Emilio mataba”, responde, pero a la vez abundó sobre otro tema:
“En ese momento ya llevaba el nombre, la escuela ya se llamaba Oralia Guerra de Villarreal, se llamaba así porque precisamente nosotros le pedimos al gobernador, después de Américo, a Cavazos Lerma que la preparatoria la tomara el estado, tenemos documentos de alumnos, de maestros, de padres de familia, le pedimos al estado que se hiciera cargo de la preparatoria, para que tuviera los apoyos que regularmente el estado da a una institución, como en ciudad Victoria, no nos aceptaron y como no nos aceptaron, entonces nosotros seguimos trabajando, seguimos avanzando y la verdad es que hemos logrado grandes cosas”.

Las canchas de básquet y futbol construidas sobre la calle robada

“Esto está precioso, venga para acá, para la ventana, digo, esto es algo envidiable vaya, hoy se ve bien pero en aquellos años, mire nomás las canchas, ¡qué es eso profesor!”, exclamó el reportero.
“La Camelia que a Emilio mataba”, se paró del sofá donde estaba sentado, caminó hacia la ventana y orgulloso dijo:
“Son las canchas de básquet y futbol”.
Lo que “La Camelia” no dijo, es que esas canchas están construidas sobre la Calle Juan de la Barrera, desde la Privada Primera hasta la 18 de Julio y precisamente por la parte sur de ese Colegio, la calle la ha convertido en portón de su secundaria, y esto está plenamente
documentado en el plano oficial del fraccionamiento La Encantada, que este periódico El Norteño exhibió en un amplio reportaje.
–¿Allí dónde está esa camioneta, dicen que es un terreno, un área verde que ustedes se quedaron con ella?
Ni que fuera tan indeja “La Camelia que Emilio mataba”, para que dijera que sí:
“No, ese es un terreno que nosotros le compramos a la señora Concepción García, ella era la propietaria, hija de don Julio, dueño de todos estas colonias”.
–El asunto es que ustedes tienen mucho tiempo sin pagar predial, a ustedes le dieron aquí, les donó el ayuntamiento y tienen mucho tiempo sin pagar predial, no han pagado el predial nunca, ¿explíquenos por qué motivo no se ha pagado el predial?, pregunto el reportero.
“La Camelia que a Emilio mataba”, se puso nervioso y con un nudo en la garganta dijo:
“Mientras no lo autorice el Congreso del Estado, nosotros no vamos a pagar el predial, si el Congreso del estado hace esa ratificación, en ese momento pasa hacer parte del Patronato de la Preparatoria (Oralia Guerra de Villarreal, donde él es el propietario, mira nomás que chingón) y de esa forma en automático tenemos que pagar lo que nos determinen, lo que tengamos que pagar”.
Luego, se vinieron las preguntas en cortito:
–¿Usted es el presidente del patronato?
–En este momento yo soy el presidente del patronato.
–¿Quiénes más integran el patronato?
–La Sociedad de Padres de Familia.
–¿Me puede decir 3 nombres?
–Marco Antonio González Pinzón, Miguel González Sauceda.
–¿Entonces ustedes no tienen escrituras, ni cómo patronato?
–No, no existen, está la donación del Cabildo y falta la ratificación del Congreso del Estado.
–¿Ya lo citaron en Catastro, para que pague el predial, hace 2 semanas?
“La Camelia que a Emilio mataba”, suspira y dice:
“Así es”.
–¿Y ya fueron ustedes que había allí, ya fueron aclarar?
–Mandamos a una persona, pues si consideran que por esta parte (7 mil 800 metros cuadrados, más los de la calle Juan de la Barrera, que esa no puede ser donada, menos vendida, ni por el ayuntamiento, ni por nadie, ni siquiera por el Congreso del Estado) tengamos que pagar, con gusto lo hacemos.
“Lo que está allí de los 10 mil metros cuadrados, creo yo que son como 6 mil 700 metros lo que tienen ustedes asignados para la Oralia”, preguntó de nuevo el reportero.
“La Camelia que a Emilio mataba”, se confunde porque contabilizó, en primera instancia los metros que le competen por la calle Juan de la Barrera y responde:
“Son 8 mil 200 metros (cuadrados), ¡no!, son 7 mil 800 metros”.
“Con estos cálculos, fácilmente pagará de los últimos 5 años, porque no le pueden cobrar más atrás de los últimos 5 años, ¿serán algunos 500 mil pesos de impuesto predial?”, ya casi para finalizar preguntó el editor de Vertical.
“A lo mejor menos”, dijo “La Camelia”.
–¿Cuánto cree usted?
–Algunos 300 mil más o menos.
–¿Para puntualizar, están dispuestos a pagar?
A “La Camelia que Emilio mataba”, le brillaron los ojitos, pues mentalmente hizo cálculos, como es maestro de matemáticas, de volada sacó las cuentas y en su mente dividió 300 mil pesos entre 8 mil 200 metros cuadrados, el resultado fue de 36 pesos con 58 centavos lo que estaría pagando por metro cuadrado, para que de forma legaloide quedarse con esos terrenos Patrimonio del Pueblo de Matamoros, de los cuales el ayuntamiento conserva la nuda propiedad y que no están dentro del comercio jurídico de la ciudad y menos la calle Juan de la Barrera:
“Claro que sí, por supuesto que sí”, fue la respuesta de “La Camelia”.
–¿Siempre y cuando qué?, pregunto el reportero.
–No, sin condición.
–¿Pero tiene que tener escrituras?
“La Camelia que a Emilio mataba”, enseñó el colmillo y soltó su anhelo, su sueño para legalizar lo hurtado:
“Yo quisiera tenerlas, pero si nos dicen que tenemos que pagar, lo pagamos”.
–¿Aunque no haya escritura?
–Aunque no haya escritura.
“Muy bien profesor”, así terminó la entrevista, que es pública y que el maestro Julio Alberto Rubio Pérez le realizó a Héctor Escobar Hernández, mejor conocido como “La Camelia”.
Sin duda, que Héctor Escobar Hernández, «La Camelia”, trata de limpiar su cola larga y hedionda; y acepta que solo le falta la aprobación del Congreso del Estado para quedarse con lo hurtado. El cinismo al más alto nivel.
Curiosamente su hijo Héctor Escobar Salazar, «La Camelia Junior», va como candidato del PAN a la diputación por el Décimo Distrito Electoral, quien también construyó en esos terrenos robados al patrimonio municipal de los matamorenses la Universidad Nuevo Santander, de la que presume haber sido rector.
Ningún cabildo tiene la facultad para donar el patrimonio del pueblo sino es para utilidad pública o un bien común, menos una donación de una calle, para que particulares como «Las Camelias» lucren, como por años lo han hecho y lo peor es que han sido «tan pinches» que ni una sola beca le han dado a los hijos de obreros y trabajadores de Matamoros y así Héctor Escobar Salazar, “La Camelia Junior” quiere ser legislador, tenga cuidado con darle su voto el próximo 2 de junio.
Esto es un acto de corrupción, que por más agua y jabón le quieren echar para limpiarle la cola a «Las Camelias», no les van a poder quitar la suciedad con la que se robaron una calle y una área verde y enriquecerse por años, con la educación de un pueblo que la convirtieron en negocio particular y familiar.
Y «La Camelia» no es un hombre que haya impulsado la educación, al contrario ha lucrado con ella, al igual que su hijo Héctor Escobar Salazar, “La Camelia Junior”, a quien quiere incrustar como diputado local en el Congreso del Estado, para regularizar lo robado.
Solo que el propio Congreso del Estado jamás lo podrá hacer, porque se trata de una calle y del patrimonio municipal de un pueblo, autorizarlo sencillamente sería un acto criminal; esa es la verdadera intención de que Héctor Escobar Salazar, llegue a una curul en el Congreso del Estado.

¡Si Chucha y tu nieve de que la quieres!

Es incomprensible que el estado y el municipio hayan “donado” predios propiedad de la hacienda pública y los donatarios, en este caso “Las Camelias” lucren con ellos y con la necesidad del pueblo. Se les debe de poner un tope a este tipo de acciones corruptas y reglamentarlas.
Recientemente el actual Cabildo de Matamoros, creó la Junta de Coordinación Patrimonial, JUCOPA y quien la preside es el segundo síndico Isidro Vargas, quien investiga las condiciones con las que los Escobar se quedaron con la calle Juan de la Barrera y los 8 mil 200 metros cuadrados del equipamiento municipal del área verde B del fraccionamiento La Encantada y de la calle Juan de la Barrera, de los cuales quieren pagar 300 mil pesos por impuesto predial sin escrituras: ¡Si Chucha y tu nieve de que la quieres!.
“Las Camelias” a base de triquiñuelas, tráfico de influencias y despojos ilegales, amparados por el padrinazgo de Emilio Villarreal Guerra, pareja de Héctor Escobar Hernández, -según lo dijo el historiador Andrés Cuellar- y hermano del ex gobernador Américo de los mismos apellidos y del ex alcalde corrupto, el panista Ramón Antonio Sampayo Ortíz, se fueron quedando con los terrenos propiedad del Ayuntamiento de Matamoros, en donde tienen el complejo escolar Oralia Guerra de Villarreal y la Universidad Nuevo Santander.
Lo anterior es inconcebible, es más no entendemos como el cabildo matamorense pudo autorizar o permitir que esto ocurriera, porque si bien recuerdo, no autorizaron que se cerrara la calle Mina, ni Ocampo para beneficio y ampliación de lo que es el Seguro Social de la calle Sexta, en cambio a los Escobar bien que se quedaron con el área verde B y la calle Juan de la Barrera, del Fraccionamiento La Encantada.
Todas las vías públicas son inalienables, están establecidas para transitar y resulta que los Escobar, se quedaron con esos predios y gozan de impunidad, para eso quieren el poder político, para seguir haciendo negocio y lo seguirán haciendo si el gobierno y el pueblo se los permite.
La única forma de que el pueblo no se los permita es no votando por Héctor Escobar Salazar, “La Camelia Junior”, porque si usted le da su voto, este es oro molido para esta clase de políticos, que lo único que les importa es amasar riqueza. ¿A poco cree usted que el pueblo les importa?.
Supongamos sin conceder, que se los hayan “donado”, que no fue para un fin de lucro, como ha sido, pese a ello, el municipio se reserva la nuda propiedad, o sea, que esos bienes, en este caso el área verde B y la calle Juan de la Barrera del Fraccionamiento La Encantada, no están dentro del comercio jurídico, no pueden ser enajenados y deberían de usarse para el fin que fueron autorizados, no para fines de lucro o comercio particular y familiar como lo hacen los Escobar.
¡Pueblo de Matamoros, si permaneces callado, quien escuchará tu silencio!.