El obispo de Matamoros atestigua sainete de guaruras del Gobernador y miembros de la prensa…

499

Agencias Revista Vertical

A su llegada al hospital civil de Matamoros, el gobernador panista de Tamaulipas fue interceptado por el periodista Alejandro Mares, para pregúntale sobre la reunión que presuntamente sostuvo con Joaquín Guzmán, -según el cónsul estadunidense Tobin Bradley- en el acto, como respuesta, los guaruras del mandatario trataron de acorralar al periodista y uno de ellos le tendió el brazo con violencia por espalda y pecho para inmovilizarlo.
Ante la mirada de decenas de personas y el atestiguamiento del obispo Eugenio Lira Rugarcía, que presenciaba la acción el gobernador notablemente fuera de sus casillas apenas balbuceó y siguió su atropellada visita.
El desaguisado se acrecentó luego que los guaruras de Cabeza de Vaca impedían el acceso a los representantes de los medios de comunicación y trataban de atajarlos en el acto uno de los miembros de seguridad logró tumbar la cámara celular de otro de los reporteros.
Cabeza de Vaca vino a Matamoros con extremas medidas de seguridad ocultando su agenda de trabajo como si fuera el gerente de alguna empresa privada, a pesar de ser el gobernador Constitucional de Tamaulipas.
Ni siquiera invitó al alcalde Mario Alberto López La Borrega.
Las preguntas de Mares molestaron por demás al jefe del ejecutivo debido a que el periodista reclama ante el Instituto Estatal Electoral de Tamaulipas (Ietam) su parcialidad al ser acusado por violencia de genero contra la diputada panista Ivett Bermea, al señalarle públicamente el Ejercicio de su función.
En Tamaulipas la relación de Cabeza de Vaca con los medios de comunicación es por demás agria debido a que el pago de la publicidad contratada permanece sin pagarse en algunos casos por más de un año.
Luego de la agresión a los reporteros se pudo ver la tristeza en el rostro del obispo Lira Rugarcía, que desaprobó los hechos, pero nada pudo hacer por intervenir pues está obligado a empatar con el gobernador Cabeza de Vaca, pues cuando llegó a Matamoros a dirigir la diócesis su bienvenida corrió a cuenta de las arcas de Tamaulipas, en ese tiempo el periodista Javier Villegas afirmó que se habían gastado en el evento 6 millones de pesos.