Un terremoto de magnitud 7,3 en la escala de Richter ha sacudido este domingo la montañosa frontera entre Irán e Irak, en las regiones que concentran la mayoría de la población kurda de ambos países, según informó el Instituto geológico de Estados Unidos (USGS). El seísmo, que produjo a las 21.18 hora local (18.18 en la España peninsular), ha causado al menos 415 muertos y más de 7.000 heridos, la gran mayoría del lado iraní. Los equipos de rescate se afanan por rescatar a los supervivientes de entre los escombros de los edificios derrumbados.
«Anoche la situación era terrible. Había muchísimo pánico y mucha gente durmió en la calle», relata a EL PAÍS Bishwam Yalal, periodista de la cadena KNN TV y residente en Suleymaniya, en el Kurdistán iraquí: «Por desgracia, en las redes sociales se propagaron rumores de que habría un segundo terremoto y eso incrementó el pánico. Hoy [por el lunes] la situación se ha calmado, pero según las autoridades sigue habiendo riesgo de réplicas». En Halabya, localidad a 60 kilómetros de Suleymaniya y unos 32 kilómetros al norte del epicentro del terremoto, y en los pueblos de sus alrededores fue donde se produjeron la mayoría de las víctimas en territorio iraquí: ocho muertos y al menos 336 heridos que han requerido hospitalización, según la cadena de televisión kurda Rudaw.
Peor parte se han llevado al otro lado de la montañosa cordillera que separa ambos Estados. La televisión estatal iraní ha informado de que al menos 407 personas han fallecido en ese país y otras 6.700 han resultado heridas. El epicentro del temblor, fue situado en un primer momento en Halabya, del lado iraquí de la frontera; pero el lunes el USGS y la agencia homóloga iraní cambiaron su estimación y lo situaron en Irán, muy cerca de la frontera, a unos 50 kilómetros al norte de Sar-e Pol-e Zaham (provincia de Karmanshah), la localidad más afectada por el sismo, en donde han muerto al menos 280 personas. La televisión estatal mostró imágenes grabadas durante la noche en esta ciudad de unos 85.000 habitantes en las que se apreciaban edificios de cinco o seis pisos sin fachadas pero cuyas estructuras y pisos resistieron al temblor.
En Irán, al menos ocho localidades se han visto afectadas por el seísmo. «El terremoto se ha sentido en varias provincias iraníes que limitan con Irak. Ocho pueblos han resultado dañados. Se ha cortado la electricidad en algunas aldeas y se han enviado equipos de rescate a esas áreas», ha informado la televisión iraní. Las líneas de agua y electricidad también se han visto dañadas: algunas se han cortado en aldeas y ciudades de la provincia occidental de Karmanshah. Muchas casas en partes rurales de esta provincia iraní están hechas de barro, y se desmoronan fácilmente cuando hay catástrofes naturales de este tipo.
Tras el terremoto, la gente se ha agolpado en las calles debido a la amenaza de réplicas, según ha dicho un funcionario local de la Media Luna Roja. Según la página web del Instituto de Geofísica de la Universidad de Teherán, al terremoto lo siguieron cientos de temblores, los más fuertes de ellos de una magnitud de al menos 4,7. El guía supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, ha ordenado al Gobierno y a las fuerzas de seguridad movilizar «todos su medios» para ayudar a la población. Los equipos de rescate han sido despachados a la zona y trabajan contrarreloj para tratar de rescatar a supervivientes. En Sar-e Pol-e Zaham, precisamente, una mujer y su bebé fueron sacados con vida de entre los escombros.
En Irak, la sacudida alcanzó a todas las provincias. En la capital, Bagdad, pudo sentirse durante unos 20 segundos y se ha llegado a percibir en Qatar, Israel y Turquía. Algunas imágenes publicadas en redes sociales, como una en la cuenta oficial de la televisión kurdoiraquí Rudaw, muestran daños materiales considerables en algunos establecimientos, como los que ha sufrido un supermercado en Halajba, con toda la cristalera rota y varias estanterías por el suelo. En esa localidad y en Darbandijan se han centrado los daños sufridos en el Kurdistán iraquí. Según explicó el periodista Bishwam Yalal, varios edificios se han derrumbado e incluso se ha visto dañada la presa de Darbandijan sobre el río Diyala, que abastece a la región.
El presidente iraquí, Haydar el Abadi, ha ordenado la movilización de los equipos de protección civil para ayudar a los damnificados, a los que deseado una pronta recuperación. La vecina Turquía, pese a que había tomado ciertas represalias contra la región autónoma del Kurdistán iraquí por la celebración de un referéndum de independencia sin el visto bueno del Gobierno de Bagdad, ha sido uno de los primeros países en enviar ayuda. La Agencia de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD) del Ejecutivo turco ha fletado un avión militar de carga a Suleymaniya en el que han viajado un equipo de rescate de 20 miembros, 10 efectivos médicos, dos vehículos, tiendas, mantas y medicinas y la Media Luna Roja turca está preparada para enviar más material. «Nuestros equipos están en camino. Estimamos que hay unos 20.000 o 30.000 afectados por el terremoto», aseguró el vicepresidente de la organización turca, Kerem Kinik.
Irán e Irak están situados sobre varias fallas tectónicas y son relativamente frecuentes los terremotos. El terremoto más grave de los últimos años fue el de 2003 en Bam, en el sureste de Irán, que provocó 31.000 muertos.