EN PARTIDA DOBLE

Alejandro Mares Berrones

Intereses personales detrás del rompimiento entre el Verde y Morena en Tamaulipas

Pareciera que Morena y el Partido Verde, se han rasgado las vestiduras en Tamaulipas y el divorcio entre ambos institutos políticos es eminente; sin embargo, en política todo se arregla, no importa lo que se hayan dicho. Analicemos lo que pasó, entre estos partidos.

Es lógico pensar, que al Comité Ejecutivo Estatal de Morena, que lidera Guadalupe “Lupita” Gómez Núñez, se molestó por el destape que hizo el pasado 30 de agosto en Reynosa el dirigente nacional del Verde, Arturo Escobar y Vega, secundado por el líder estatal, Manuel Muñoz Cano, donde postularon a la senadora Maki Esther Ortiz Domínguez, como candidata del PVEM a la gubernatura de Tamaulipas

De tajo, el verde rompió lanzas con la Cuarta Transformación, “únicamente” en Tamaulipas; con la presidente Claudia Sheinbaum, siguen firmes y leales; pero en el caso de esta entidad, ellos no necesitan guajes para nadar, “irán solos, con candidatos propios y honestos”; aunque Maki carga un rosario de carpetas de investigación por desvío de recursos y corrupción.

El 3 de septiembre, también en conferencia de prensa en Reynosa, Lupita Gómez, arropada por miembros del Comité Ejecutivo Estatal y por los diputados de ese municipio, Armando Zertuche Zuani y Humberto Prieto, Presidente de la Junta de Gobierno del Congreso del Estado, se deslindaron del Verde y exhortaron a todos aquellos “que se habían ido prestados”, a que se regresen a Morena, al siguiente día, los diputados del verde, que hacían bancada en la presente Legislatura Local, se pasaron al partido guinda, entre ellos la diputada Ana Laura Huerta.

Lupita Gómez, fue dura, ese día les advirtió a los del Verde que la Cuarta Transformación no se comparte ni se simula: “Tamaulipas es guinda y nada más. En Morena tenemos claridad absoluta; nuestro camino está del lado de la gente, del pueblo y en el territorio; no necesitamos contradicciones ni simulaciones, trabajamos todos los días para consolidar el segundo piso de la Cuarta Transformación”.

Señaló la incoherencia del Verde, que por un lado anuncia que irá solo en las próximas elecciones, y por otro intenta apropiarse del nombre de la 4T y atraer liderazgos que pertenecen a Morena.

“Usar el nombre de la Cuarta Transformación para afiliar a otro partido es engañar a la gente. El Verde se dice fuerte, pero su fuerza ha venido de Morena y del PT. Sin nuestros cuadros, sin nuestra estructura y sin nuestro voto duro, solo son un cascarón vacío”.

Luego habló de las estadísticas electorales:

“Los datos lo demuestran, en la última elección de ayuntamientos, el Verde obtuvo 51,480 votos, mientras que Morena alcanzó 701,988 votos del pueblo. Esa es la diferencia entre el cascarón y la fuerza real del pueblo”.

“Pedimos a los cuadros que les prestamos, que regresen para que nadie se confunda o los confundan. Éste, es tiempo de definiciones”, remató la dirigente estatal.

Habría que preguntarle a Lupita, si también le va a pedir al diputado federal, Mario López “La Borrega Corrupta” que regrese a Morena, y muchos otros “priistas” que desde el 2018, vieron la oportunidad de incrustarse en este partido para usurpar el poder, saquear y enriquecerse y que hoy se encuentran “prestados” como diputados federales y senadores e incluso regidores.

EN CONTRAPARTIDA, ese es el contexto, de lo que ha pasado entre Morena y el Verde en Tamaulipas; pero ¿cuál es el fondo del conflicto?: para los del Verde, es que no fueron “atendidos” por el gobierno estatal, los compromisos políticos que se hicieron nunca se los cumplieron, solo los utilizaron y por eso, ahora según Manuel Muñoz Cano, “más vale solos que mal acompañados”; por eso rompen la alianza, buscando alguna coyuntura de negociación, directamente con el gobernador, pero al parecer les salió el tiro por la culata, porque la respuesta de morena fue contundente en voz de Lupita Gómez: “El Verde es un cascarón vacío”.

Desde mi punto de vista, ese concepto operativo, con el cual la dirigente estatal definió al Verde de Tamaulipas, se me hace muy temerario; principalmente, porque si algún partido sabe ser bisagra, es precisamente el Verde; su historia de supervivencia política así lo ha demostrado.

En el 2000, se unió al PAN, para que Fox llegara a la presidencia de la República; en el 2003, se alió con el PRI, en cien de 300 distritos electorales y obtuvo 17 escaños en la Cámara de Diputados; en el 2012, hizo coalición con el PRI y llega Peña Nieto y en el 2018, se sumó a morena y al PT, para que AMLO se sentará en la silla presidencial.

Sin duda el Partido Verde, tiene la capacidad para negociar y adaptarse a diferentes escenarios políticos; esto que hoy se vive en Tamaulipas, ya les había pasado en el estado de México con Alfredo del Mazo, pese a que este ganó la elección con un margen de 1.5 de diferencia; la aportación del Verde en votación para su triunfo fue de 2.5 por ciento de los votos que obtuvo del Mazo.

Del Mazo, ya sentado en el poder, no les cumplió los compromisos a los del Verde y les dio puro producto de “Clemente Jacques”; así que el Partido Verde se deslindó, como hoy lo hacen en Tamaulipas y le empezaron a jugar las contras a del Mazo, que terminó perdiendo el poder de ese estado.

Otra pregunta que surge de todo esto, es ¿por qué  estos partidos utilizaron a Reynosa, como escenario político, para rasgarse las vestiduras y llorar sobre la leche derramada?.

Reynosa es un municipio, controlado por Maki Ortiz, es su bastión político, tanto que se dio el lujo, de pactar con Morena para que su hijo Carlos “Makito” fuera alcalde y hasta se reeligió, son la más clara muestra del nepotismo puro y sucio; algo a lo que ya morena no está dispuesta a soportar, como ocurre en Zacatecas con los Monreal.

Pero hay más tema de fondo, Reynosa, es un hueso muy delicioso para Humberto Prieto, presidente de la Junta de Gobierno del Congreso del Estado, quien siempre ha querido ser alcalde de esta ciudad, pero sabe que mientras los Peña Ortiz, sigan en el poder, sus deseos y sueños políticos, serán imposibles de cristalizar, por eso no solo secundó a Lupita Gómez, también la empujó a que le echara más leña al fuego, aunque se queme todo Tamaulipas y se lleven al gobernador entre las patas.

No son las mismas condiciones, refiriéndome a las relaciones políticas entre el Verde y Morena en otros municipios, como el caso de Nuevo Laredo y el de Matamoros, donde la armonía política entre verdes y guindos es de respeto; deberían de serenarse las dirigencias estatales de Morena y del Verde y buscar el equilibrio; porque quizá el Verde pierda, pero también los puede hacer perder en el futuro.

Además la trayectoria política de Humberto Prieto, no es de confianza; en el pasado fue parte del establo político de los Cabeza de Vaca, luego del grupo de Maki Ortiz, luego de José Ramón Gómez leal y hasta de Armando Zertuche; a todos traicionó.

La conclusión es muy sencilla, este pleito es por intereses personales focalizados directamente en Reynosa, pero ya le prendieron la mecha a todo el estado; vamos a ver que dice la presidenta Claudia Sheinbaum, que la vamos a tener mañana sábado 6 de septiembre en Tamaulipas y la cúpula morenista; porque ni Manuel Múñoz Cano, ni Lupita Gómez, se mandan solos.

 

Por admin